EL COMBATE SUPREMO

 [La Conquista del Ego]

Imäm Ayatollâh Al-Uzmà Ruhollâh Musavi Al-Khomeini

(Que Dios esté Complacido de él)

 

PROLOGO DEL EDITOR

El hombre ordinario normalmente tiene una personalidad unidimensional, pero las gentes grandiosas que están verdaderamente liberadas, tales como los profetas y los amigos de Dios, tienen personalidades de varios aspectos. A veces es difícil o incluso imposible para el intelecto de una persona ordinaria captar cómo estas dimensiones variadas pueden ser abarcadas en la existencia de esas grandes gentes.

Como una figura religiosa destacada, el Imäm Khomeini puede ser incluído entre esas grandes personalidades. Además de su capacidad como líder, su mentalidad política y su visión de largo alcance, él puede ser también considerado como un maestro distinguido del la ética Islámica. Por varias razones, este aspecto de su personalidad no se ha vuelto muy bien conocido. El libro que tenéis ante vosotros está compuesto de algunos de sus discursos y conferencias sobre la moral dictados antes de la victoria de la Revolución Islámica durante el período de su exilio en Naÿaf (Irak). Él invita a todos, y especialmente a los estudiantes de religión, hacia la purificación y refinamiento del alma, el ascetismo y la piedad.

Ya que los musulmanes no iraníes han expresado interés en estudiar esta obra, la Fundación del Pensamiento Islámico ha emprendido su publicación. Anteriormente, otra de las obras del Imäm Khomeini. Una Jarra de Amor. También fue publicada por esta fun dación, Vale la pena mencionar que la Fundación del Pensamiento Islámico es una organización caritativa independientement financiada y administrada con el fin de imprimir y publicar obras benéficas en varios idiomas. Más de 60 obras de figuras islámicas destacdas han sido publicadas hasta la fecha.

 

Rogamos a Dios que conceda a nuestros estimados lectores el éxito beneficiándose del contenido de este libro.

 

NOTA

La siguiente es una traducción de Yihäd Al-Akbar, ya Mobarezeh ba Nafs, una transcripción de discursos del Imäm Khomeini dictados en la escuela teológica shi‘ah de Naÿaf, Irak, en varias ocasio nes durante el período de residencia del Imäm en esa ciudad (1964-1978), seleccionados y transcritos por Sayyed Hamid Ruhani, publicados por el Instituto para la Compilación y Publicación de las Obras del Imäm Khomeini. Primera edición: Khordad de 1372 HS (Mayo-Junio 1993 C), tiraje: 10,000 ejemplares.

 

INTRODUCCIÓN POR EL TRADUCTOR DEL PERSA AL INGLES

En la ciudad de New York, en la Avenida Broadway Oeste hay una librería afiliada a una orden sufí turca. En el verano de 1993 yo compré allí algunos libros, y uno de los otros clientes, un hombre negro con un pequeño sombrero blanco, empezó a platicar conmigo. Después de intercambiar saludos de paz (saläm), y después de que yo le dije que estaba trabajando en Irán, él me preguntó si yo había leído un libro del Imäm Khomeini llamado Yihäd Al-Akbar. Yo le dije que aunque no estaba familiarizado con la obra, creía que había sido traducido por Hamid Algar, e incluído en su colección de traducciones de los discursos del Imäm, Islam y Revolución (publicado por Mizan Press). Él no estaba familizarizado con esa obra, pero insistió en que los musulmanes de Estados Unidos realmente necesitaban traducciones de las obras del Imäm, y él estaba particularmente interesado en Yihäd Al-Akbar. Cuando llegué a casa, hallé que un par de páginas de los discursos del Imäm dados en Naÿaf, Irak, y después compilados bajo el título Yihäd Al-Akbar habían sido traducidos por el Prof. Hamid Algar.

Al otoño siguiente, cuando regresé a Irán, encontré que Yihäd Al-Akbar había sido recientemente publicado de nuevo como un pequeño folleto. Recordando al musulmán americano que conocí en la librería sufí, decidí hacer una traducción completa de ese libro. Como carecía de la competencia en lengua persa necesaria para dicha empresa, solicité la ayuda de Azim Sarvdalir, con quien estudiaba persa y hacía otras traducciones en Bunyad Baqïr Al-Ulüm en Qum. El Sr. Sarvdalir emprendió el proyecto con gusto, el cual, alhamdulil-lâh fue completado en junio del siguiente año.

Éste es un libro sobre moral - akhläq en persa y árabe. No es una obra filosófica, sino una exhortación moral dirigida a los estudiantes de teología de Naÿaf, y a la institución de la escuela teológica (hawzat Ilmi) también. La obra revela la sensitividad moral del Imäm Khomeini, su ansiedad paternal por los estudiantes y su dedicación a la institución de la escuela teológica. Al leer este libro uno descubrirá que junto al fervor revolucionario y la condenación del imperialismo extranjero puede encontrarse un sabor místico de la devoción espiritual. Las aguas del irfän (gnosis) corren profundas en el pensamiento del Imäm Khomeini y nutren su visión moral. Esta obra es un testimonio a la verdad del comentario del Mártir Mutahhari de que irfän y ética tratan ambos del mejoramiento del carácter, pero desde puntos de vista diferentes. En las obras éticas uno halla una descripción de los vicios y las virtudes, así como recetas y prohibiciones morales, mientras que en las obras de irfän uno encuentra una descripción de un proceso mediante el cual el alma se mueve hacia Dios y en el camino adquiere virtudes que corresponden a los atributos divinos. La manera de reforma moral abogada por el Imäm Khomeini es un proceso de desarrollo espiritual en el que el adepto aprende a conquistar sus deseos mundanos y luego perder interés en ellos, y volverse totalmente dedicado a Dios. Este proceso es descrito como una viaje hacia Dios, un viaje que tiene un lugar central en irfän, y que puede ser considerado como lasemilla en el fruto del Islam. Este viaje es descrito en diferentes maneras y desde una variedad de puntos de vista en la poesía de los sufíes, en la poesía trascndental de Mulla Sadra, y en la poesía y enseñanzas del Imäm Khomeini tambeín.

Aunque la presente obra consiste de discursos dictados a los estudiantes de Naÿaf, el consejo moral dado es particularmente pertinente a todos los musulmanes en la situación contemporánea de discordia y confusión. El Imäm Khomeini aconseja a los estudiantes que abandonen sus disputas, que sólo sirven como oportunidad para ventaja de los enemigos del Islam. En el mundo Islámico de hoy en día, también observamos que los oponentes del movimiento Islámico se aprovechan de las disputas entre los musulmanes. El Imäm recuerda a los estudiantes que ellos no poseen suficiente dinero ni poder para hacer que estas cosas sean dignas de disputar por ellas incluso según los estándares del materialismo. Estos comentarios son paralelamente apropiados para los musulmanes del mundo entero, dada la pobreza y la falta de poder que cracterizan a las grandes masas de la Ummah Islámica. El Imäm indica a los estudiantes que elos deben prestar atención al hecho de que el propósito principal de los profetas y los Imämes ha sido el progreso espiritual y el mejoramiento moral, y que los estudiantes no deben contentarse con aprender unos cuantos términos de jurisprudencia Islámica. La misma advertencia debe ser atentida por los musulmanes contemporáneos. No debemos contentarnos con un puñado de lemas y con el cumplimiento de unos cuantos ritos, sino que debemos dar pasos hacia el crecimiento espiritual y moral. No sólamente en la escuela teológica de Naÿaf, sino donde sea que el Islam sea enseñado, la enseñanza no debe limitarse a una repetición de creencias básicas y prácticas necesarias, sino que debe ir acompañada de las enseñanzas morales y espirituales que son el faco principal de los profetas e Imämes.

El presente libro puede ser leído desde varias perspectivas distintas. Puede ser leído para adquirir visión dentro del pensamiento del fundador de la Revolución Islámica de Irán. Puede leerse para familiarizarse con el tipo de problemas que existían en Naÿaf en la época cuando fueron dictadas estas conferencias. Puede ser leído como un ejemplo del tipo de sermones morales que pueden esperarse del mejor de todos los maestros morales shi‘ah de esta era. Es una obra que puede leere para aprender algo sobre historia, sociología o antropología, y en todas estas áreas se aprenden de ella lecciones valiosas.

Pero más importante que cualquiera de éstos son las lecciones morales que se extraen para la comunidad Islámica en general. No nos contentemos con los deberes rituales ignorando la necesidad de una reforma moral. Pongamos guías morales en todas nuestras instituciones educativas Islámicas, para que la educación Islámica pueda llegar a ser más realmente una enseñanza de cómo someterse a Dios, y saquemos tambien del ejemplo de las enseñanzas de los profetas e Imämes lo que nos quíe en el emprendimiento del viaje de los creyentes hacia Dios, ¡Inxâ'Allâh![1]


 

En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordoso

 

EL COMBATE SUPREMO:

LA CONQUISTA DEL EGO

Otro año de nuestras vidas ha pasado. Vosotros los jóvenes avanzáis hacia la vejez, y nosotros los viejos avanzamos hacia la muerte. Durante este año académico vosotros os habéis dado cuenta de lo que abrca vuestro aprendizaje yestudio. Sabéis cuánto habéis adquirido y cuánto h avanzado la construcción del edificio de vuestra educación. Sin embargo, ¿qué habéis hecho con respecto al refinamiento de la virtud, la adquisición de odales religiosos, el aprendizaje divino y la purificación del alma? ¿Habéis tenido pensamiento alguno de refinamiento o autorreforma? ¿Habéis tenido algún programa en este campo? Desafortunadamente, yo debo decirque no habéis hecho nada, y que en cuanto a la reforma y purificación del alma vosotros no habéis dado ni un paso.

 

Recomendaciones para las Escuelas Teológicas

Simultáneamente con el estudio de las materias escolares, las escuelas teológicas necesitan enseñanza y aprendizaje de moral y espiritualidad. Es necesario tener guías morales, maestros de habilidades espirituales, y sesiones de consejo y guía. Deben instituírse oficialmente en las escuelas teológicas programas de reforma ética y moral, clases de modales y refinamiento, instrucción en aprendizaje divino, los cuales son el principal objetivo de la misión de los profetas. Desafortunadamente, se presta escasa atención a estos temas esenciales en los centros de enseñanza. Los estudios espirituales declinan, así que en el futuro las escuelas teológicas no serán capaces de preparar expertos en ética, consejeros refinados y educados, ni hombres santos. La ocupación en la discusión y la investigación en problemas elementales no da la oportunidad para los tópicos básicos y fundamentales que son ejemplos de los favores del Glorioso Corán y del Santo Profeta[2] y los otros profetas[3] y santos. Los grandes eruditos en jurisprudencia y los profesores de alto rango, que son notables en la comunidad académica, mejor deberían tratar, en el curso de sus lecciones y discusiones, de educar y refinar a las gentes y referirse más frecuentemente a los tópicos espirituales y éticos. Para los estudiantes de teología es también necesario que en sus es fuerzos para adquirir erudición y refinamiento del alma ellos le den peso suficiente a sus deberes importantes y sus responsabilidades enormes.



 


[1]- Significa: Si Dios quiere.

[2]- El símbolo **** es abreviatura en árabe de Sala Allâhu 'alayhi wa âlihi wa sallam= que la paz y bendiciones de Dios sean con él y sus descendientes.

[3]- El símbolo **** es abreviatura en árabe de 'alayhis-saläm=la paz sea con él (o ellos).

         

Recomendaciones a los Estudiantes de Teología

Vosotros que hoy estudiáis en estas escuelas teológicas, y que mañana os encargaréis del liderazgo y guía de la sociedad, no imaginéis que vuestro único deber es aprender un púnado de términos, ya que vosotros tenéis otros deberes también. En estas escuelas teológicas vosotros os debéis construír y preparar para que cuando vayáis a una ciudad o una aldea vosotros seáis capaces de guiar a las gentes de allí mostrarles el refinamiento espiritual. Se espera que cuando partáis del centro para el estudio de Ley Islámica, vosotros mismos estéis refinados y cultivados, para que seáis capaces de cultivar a las gentes de acuerdo a los modales[1] éticos y preceptos Islámicos. Si, Dios no lo quiera, vosotros no os reformaseis en el centro de enseñanza, y no cumplieseis los ideales espirituales, entonces - que Dios nos proteno cumplieseis los ideales espirituales, entonces - que Dios nos proteja - dondequiera que fueseis, las gentes serían pervertidas, y vosotros les habríais dado una opinión pobre del Islam y de sus eruditos.[2]

Vosotros tenéis una gran responsabilidad. Si vosotros no cumplís vuestro deber en las escuelas teológicas, si no planeáis vues tro refinamiento espiritual, y si simplemente perseguís la adquisición del conocimiento de unos cuantos términos temas de la ley y la jurisprudencia, entonces que Dios nos proteja del daño que podríais causar en el futuro al Islam y la sociedad islámica. Es posible - que Dios nos proteja - que pervirtáis y descarriéis a las gentes. Si debido a vuestras acciones, obras y comportamiento injusto, una persona pierde su camino y deja el Islam, vosotros seríais culpables del mayor de los pecados grandes, y sería difícil que vuestro arrepentimiento fuera aceptado. Similarmente, si una persona halla guía (gracias a vuestra ayuda y enseñanza), entonces, de acuerdo a una tradición: «es mejor para vosotros que todo aquello sobre lo que alumbra el sol».[3] Vuestra reponsabilidad es muy pesada. Vosotros tenéis deberes además de los de los laicos.[4] Cuántas cosas son permitidas para la generalidad de las gentes y que no están permitidas para vosotros, ¡y quizás sean prohibidas! Las gentes no esperan que vosotros realicéis muchas obras permitidas, y mucho menos las viles obras prohibidas, las cuales, si las fueseis a hacer - que Dios no lo permita - las gentes se formarían una mala opinión del Islam y de la comunidad de hombres religiosos.

Aquí está el problema: si las gentes altestiguan vuestras acciones y éstas son contrarias a lo esperado, ellos se desvían de la religión, se alejan de los maestros religiosos, no sólo de un individuo. ¡Si sólo fueran a alejarse de una sola persona y a formarse una mala opinión de esa persona sola! Pero si ellos ven una acción indebida contraria al decoro de parte de un solo maestro religioso, ellos no lo examinan y analizan que así como entre hombres de negocios al mismo tiempo hay gentes injustas y pervertidas. y entre oficinistas, la corrupción y las acciones desagradables pueden verse, así es posible que entre los maestros religiosos pueda haber una o más personas impías y descarriadas. Así, si un vendedor de abarrotes hace algo malo, se dice que tal comerciante es un malhechor. Si un boticario es culpable de algo indebido, se dice que dicho boticario es un malvado. Sin embargo, si un predicador realiza un acto indebido, no se dice que fulano es un malvado, sino que ¡se dice que los predicadores son malos!

Las responsabilidades de los eruditos son muy pesadas; los 'ulamâ'[5] tienen más deberes que las demás gentes. Si revisáis los capítulos relacionados con las responsabilidades de los 'ulamâ' en Usul Al-Käfi y Wasâ'il,[6] veréis cómo describen ellos las pesadas responsabilidades y serias obligaciones de los sabios. Se narra que cuando el alma llega a la garganta, ya no hay oportunidad para el arrepentimiento, y que en ese estado el arrepentimiento de uno no será aceptado, aunque Dios acepta el arrepentimiento de los ignorantes hasta el último minuto de sus vidas.[7] En otra narración se reporta que 70 pecados le son perdonados al ignorante antes que perdonarle un solo pecado a un älim.[8] Esto es porque el pecado de un sabio religioso es muy dañino para el Islam y la sociedad Islámica. Si una persona vulgar e ignorante comete un pecado, él sólo se acarrea la desgracia para sí mismo. Sin embargo, si un 'älim se desvía, si cae en las malas acciones, él pervierte a un mundo entero ('alam). Él lastima al Islam y a los 'ulamâ' del Islam.[9]

Hay también una narración según la cual las gentes del Infierno sufren por el hedor de un sabio religioso (älim) cuyas obras no coin ciden con su conocimiento.[10] Por esta misma razón, en este mundo hay una gran diferencia entre un älim y una persona ignorante en cuanto al beneficio o daño causado al Islam y a la comunidad Islámica. Si un 'älim se desvía, es posible que la comunidad se infecte con desviaciones, y si un 'älim purifica su alma y actúa de acuerdo a la moral y las costumbres del Islam, él purificará y guiará a la comunidad. En algunos de los pueblos a los que fui durante el verano, vi que las gentes de un pueblo tenían buenas costumbres y seguían la moral religiosoa. El punto es que ellos tenían un 'älim que era justo y piadoso. Si un 'älim que es piadoso y justo vive en una comunidad, pueblo e ostado, su mera existencia hará surgir la purificación y la guía para las gentes de esa región, aun cuando no propague la guía verbalmente.[11] Hemos vista gentes cuya existencia hace que se aprendan lecciones, simplemente al verlos, ya que el miraros des pierta en uno la conciencia.

Actualmente en Teherán - según me ha sido informado - los vecindarios difieren entre sí. Los vecindarios en los que vive algún sabio religioso ('älim) puro y refinado tienen gentes piadosas de fe firme. En otro vecindario donde alguna persona corrupta e indigna se pone el turbante y se ha vuelto conductor de las oraciones, y se ha establecido, veréis que las gentes de allí están mal guiadas, y han sido contaminadas y pervertidas. Ésta es la misma contaminación del hedor que hará sufrir a las gentes del Infierno. Éste es le mismo hedor que el mal 'älim - el 'älim sin acción, el 'älim pervertido - ha traído al mundo, y cuyo olor hace sufrir a las gentes del infierno. No es por algo que le sea puesto allí, lo que le ocurre a este 'älim en el Más Allá es algo que ha sido preparado en este mundo. Nada nos es dado sino lo que hayamos hecho. Si un 'älim es corrupto y malo, él corrompe a la sociedad, aunque en este mundo no podamos oler su peste. Sin embargo, en el Más Allá su hedor será percibido. Pero una persona común y corriente no es capaz de producir esa contamina ción y corrupción a la sociedad Islámica. Una persona común y corriente nunca se atrevería a proclamar que él es un Imäm, o que es el Mahdi, ni a declararse profeta, ni a pretender que recibió una revelación. Es el 'älim corrupto el que corrompe al mundo. "Si un 'älim se corrompe, un mundo ('alam) se corrompe."[12]

 

La Importancia del Refinamiento y la Purificación del Alma

Aquéllos que han construído [sus propias] religiones, causando el extravío y la desviación de masas de gente, en su mayoría han sido sabios religiosos. Algunos de ellos incluso estudiaron y se disciplinaron en los centros de aprendizaje.[13] El jefe de una de las sectas heréticas estudió en estos mismas nuestras escuelas teológicas. Sin embargo, como su aprendizaje no fue acompañado del refinamiento y la purificación - ya que él no avanzó en el camino hacia Dios, y como él no se limpió de la contaminación - su fruto fue la ignominia. Si el hombre no expulsa la contaminación desde el centro de su alma, todo el estudio y aprendizaje que logró no sólo no beneficiará, sino que será dañino. Cuando el mal entra en el conocimiento en este centro, el producto será la maldad, el árbol del mal, desde la raíz hasta la punta de las ramas. Sin embargos muchos de stos conceptos se acumulan en un corazón negro e impuro que los cubrirá con mucha más maldad. En una alma sin refinar, el conocimiento es la mayor cobertura). Por tanto, el vicio del 'älim corrupto es mayor y más peligroso para el Islam que todos los vicios. El conocimiento es luz, pero en un corazón negro y corrupto, el conocimiento extiende las faldas de la negrura y la obscuridad. Un conocimiento que acercaría al hombre hacia Dios, en una alma mundana hace que ésta se aleje del lugar del Nodopoderoso. Incluso el conocimiento de la Unidad Divina (tawhïd), si es por algo que no sea por Dios, se convierte en un cubierta de obscuridad, ya que es una preocupación por algo que no es Dios. Si uno memoriza y recita el Sagrado Corán en todos los 14 métodos canónicos de recitación, si es por algo que no sea Dios, no le traerá sino aislamiento y distanciamiento de Al-Haqq ta 'älá (de Dios, el Verdadero). Si uno estudia y se esfuerza, puede llegar a ser un 'älim, pero hay una gran diferencia entre ser un 'älim y ser refinado y puro. El finado Shaij,[14] neustro maestro - que Dios esté complacido con él - dijo: «Lo que se dice: "Qué fácil es volverse mullah,[15] qué difícil es volverse hombre", no es correcto. Debe decir: "¡Qué difícil es volverse mullah, y es imposible volverse hombre!"».

La adquisición de las virtudes y noblezas humanas y los estándares es un deber difícil y grandioso que pesa sobre vuestros hom bros. No supongáis, ahora que estáis dedicados a estudiar las ciencias religiosas, y a aprender la jurisprudencia (fiqh) que es la más honorable de estas ciencias, que podéis tomar lo demás a la ligera y que vuestras responsabilidades y deberes no requieren de consideración. Si no tenéis una intención pura de acercaros a Dios, estas ciencias no os serán de beneficio en absoluto. Si vuestros estudios - que Dios nos proteja - no son por la causa de Dios, y son por la causa de los deseos personales, para adquirir posición y asientos de autoridad, títulos y prestigio, entonces no acumularéis otra cosa sino daño y desastre para vosotros mismos. Esta terminología que aprendéis, si es por cualquier otra cosa aparte de Dios, es daño y desastre. Esta terminología, por más que se incremente, si no va acompañada de refinamiento y temor de Dios (taqwá), terminará en daño en este mundo y en el Más Allá para la comunidad musulmana. Simplemente aprender téminos no sirve de nada. Incluso el conocimiento de la Unidad Divina (ilm at-tawhïd), si no va acompañado de pureza del alma, traerá desastre. Cuántos individuos han sido eruditos ('ulamâ') con conocimiento del monoteísmo, y han pervertido a grupos enteros de gentes. Cuántos individuos han tenido el mismo conocimiento que vosotros tenéis, o incluso más conocimiento, pero se desviaron y no se reformaron a sí mismos, así que cuando entraron a la comunidad, pervirtieron a muchos y los descarriaron. Esta terminología seca, sino va acompañada por la peidad (taqwà) y el refinamiento del alma, por más que se acumule en la mente de uno, sólo conducirá a la expansión del orgullo y la vanidad en el ámbito del alma. El sabio religioso desafortunado que es derrotado por su propia presunción no puede reformarse ni a su comunidad, y sólamente resultará en daño para el Islam y para los musulmanes. Y después de años de estudiar y malgastar los fondos religiosos, disfrutando su salario Islámico y los beneficios adicionales, él se convertirá en un obstáculo en el camino del Islam y de los musulmanes. Él pervertirá naciones. El resultado de estas lecciones y discusiones y el tiempo pasado en la escuela teológica le impedirán entrar al mundo del Isla y de las verdades del Corán, más bien es posible que su existencia sea la barrera que iimpida a la sociedad llegar a conocer el Islam y la espiritualidad.

No digo que no debáis estudiar, que no debáis adquirir conocimiento, pero debéis prestar atención, ya que si queréis ser meimbros útiles y efectivos de la sociedad y del Islam, y queréis conducir a una nación hacia la conciencia del Islam y defender los fundamentos del Islam, es necesario fortalecer las bases de la jurisprudencia y dominar el tema. Si - que Dios no lo permita - falláis en vuestros estudios, entonces os estaría prohibido permanecer en la escuela teológica. No podríais usar la beca de estudiante de ciencias religiosas. Por supuesto, la adquisición de conocimiento es necesaria, aunque de la misma manera en que os esforzáis con los problemas de jurisprudencia (fiqh) y principios (usul), debéis esforzaros en el camino de la autorreforma. Cada paso hacia adelante que deis en a adquisición del conocimiento, debe ir acompañado por un paso para derrotar a los deseos del ego, para fortalecer vuestros poderes espirituales, para adquirir nobleza de carácter, y para obtener espiritualidad y piedad (taqwá).

El aprendizaje de estas ciencias en realidad es una introducción al refinamiento del alma y la adquisición de virtud, comportamiento y conocimiento de Dios. No paséis toda vuestra vida con la Introducción, dejando a un lado las Conclusiones. Vosotros estáis adquiriendo estas ciencias para un objetivo santo y elevado, conocer a Dios y refinar al ego. Debéis hacer planes para hacer efectivos los resultados y efectos de vuestro trabajo, y debéis ser serios en cuanto a lograr vuestra meta básica y fundamental.

Cuando entráis a la escuela teológica, antes que cualquiera otra cosa, deberíais planear vuestra autorreforma. Cuando estéis en la escuela, junto con vuestros estudios, debéis refinaros vosotros mismos, para que cuando egreséis de la escuela teológica y os convirtáis en líderes de las gentes en una ciudad o distrito, ellos se beneficien de vosotros, tomen consejo de vosotros, y se reformen por medio de vuestras acciones y comportamiento y vuestras virtudes éticas. Tratad de reformaros y refinaros vosotros mismos antes de llegar entre las gentes. Si ahora, cuando estáis libres de carga, no os autorreformáis, el día en que las gentes vengan a vosotros, ya no seréis capaces de hacerlo.

Muchas cosas arruinan a las gentes y les impiden estudiar y purificarse, y una de ellas, para algunos, ¡es esta misma barba y el turbante! Cuando el turbante se vuelve ligeramente grande, y la barba se vuelve larga, si uno no se ha refinado, esto puede estorbar a los estudios de uno, y restringirlo. Es difícil pisotear el ego imperativo bajo los pies de uno, y sentarse a los pies de otro para tomar lecciones. El Shaij Tusi,[16] que Dios tenga misericordia de él, a la edad de 52 años iba a clases, ¡mientras que entre las edades de 20 y 30 él escribió algunos de sus libros! Su Tahdhïb posiblemente fue escrito durante este período.[17] Sin embargo, a la edad de 52 años asistía a las clases de Sayyed Murtadá,[18] que Dios tenga misericordia de él, y con ello adquirió una posición similar a la suya. Que Dios no permita que antes de que uno adquiera buenos hábitos y fortalezca sus poderes espirituales, la barba de uno se vuelva un poquito blanca y su turbante se vuelva grande, y entonces uno pierda las bendiciones y la espiritualidad. Así que, trabajad, antes de que vuestras barbas se vuelvan blancas; antes de ganar la atención de las gentes, ¡pensad en vuestra propia situación! Dios no permita que antes de que una persona se desarrolle a sí misma, antes que las gentes le presten atención, él se vuelva una personalidad y tenga influencia entre las gentes, haciéndolo que pierda su alma. Antes de que perdáis el control de las riendas de vuestro ego, ¡ desarrolláos y reformáos a vosotros mismos! ¡ Adornáos con buenas cualidades, y quitáos vuestros vicios! ¡Purificáos en vuestras lecciones y discusiones, para que os podáis acercar a Dios! Si uno no tiene buenas internciones, uno se mantendrá alejado de los precintos divinos. Cuidáos de que, después de 70 años, cuando se abra el libro de vuestras acciones - Dios no lo permita - hayáis estado alejados de Dios Todopoderoso durante 70 años. ¿Habéis escuchado la historia de la "piedra" que fue arrojada al Infierno? Sólo después de 70 años se oyó el sonido de haber alcanzado el fondo del Infierno. Según una narración, el Profeta dijo que (la piedra) era un anciano que murió después de 70 años, y durante esos 70 años iba cayendo al Infierno.[19]Cuidáos de que en la escuela teológica, por vuestro propio trabajo y con el sudor de vuestra frente durante 50 años, más o menos, ¡ello os haga alcanzar el Infierno! ¡Deberíais pensarlo mejor! Haced planes en 1 campo del refinamiento y la purificación del alma, y la reforma del carácter.

Escoged un maestro de moral para vosotros mismos; y planead sesiones de consejo, guía y advertencia. Vosotros no podéis refinaros por vosotros mismos. Si no hay lugar en la escuela teológica para consejeros morales ni sesiones de consejo y exhortación, la escuela está condenada a ser aniquilada. ¿Cómo puede ser que la jurisprudencia (fiqh) y sus principios (usul) requieran profesores para las lecciones y discusions, y que para cada ciencia y arte se necesite un maestro, y que nadie se vuelva experto o erudito en cualquier campo específico siendo desdeñoso y perezoso, y sin embargo, con respecto a las ciencias éticas y espirituales, las cuales son la meta de la misión de los profetas, y están entre las ciencias más sutiles y exactas, no requieran enseñanza ni aprendizaje, y uno pueda obtenerlas por sí mismo sin maestro? He oído en numerosas ocasiones que el finado Shaij Ansari[20] fue un discípulo de un gran Sayyed[21] que era maestro de ética y espiritualidad. Los profetas de Dios fueron enviados para educar a las gentes, desarrollar la humanidad, y sacarlos de la fealdad (moral), la suciedad, la corrupción, la contaminación y la torpeza moral, y familiarizarlos con la virtud y el buen comportamiento: [El Santo Profeta dijo:] <<Yo fui enviado para perfeccionar la virtud noble de la moral Makärim Al-Akhläq)>>.[22] Este conocimiento que fue considerado por Dios todopoderoso tan importante como para enviar a Sus profetas por su causa, no es considerado en moda en las escuelas teológicas para nuestros eruditos. Nadie le da la importancia de la que es digno. Debido a la falta de obras espirituales y gnósticas en las escuelas teológicas, los problemas materiales y mundanos han llegado a penetrar entre los eruditos religiosos (ruhäniat) y ha mantenido a muchos de ellos alejados de la santidad y la espiritualidad (ruhaniat), así que ellos ni siquiera saben lo que significa ruhaniät, ni cuáles son las responsabilidades de un erudito religioso,[23] ni qué tipo de programas deben tener. Algunos de ellos simplemente planean aprender unas cuantas palabras, regresar a sus propias localidades, o a algún otro lugar, y apoderarse de facilidades (mezquita o escuela) y posición, y luchar con otros [por ellas]. Como uno que dijo: <<¡Déjádme que estudie Sharh Lum'ah y entonces os diré qué hacer con el jefe de la aldea!>>. No seáis así, desde el principio aspirando a ganar la posición de alguien mediante el estudio, e intentando ser jefes de algún pueblo o aldea. Podéis lograr vuestros deseos egoístas y vuestras esperanzas diabólicas, pero para vosotros mismos y para la comunidad Islámca nbo adquiriréis nada sino sólamente daño y desgracias. Mu'äwiyyah - que Dios lo maldiga - también fue jefe por largo tiempo, pero para sí mismo él no logró otro beneficio o resultado sino maldiciones y odio, y el castigo en la vida del Más Allá.

Es ncesario que os refinéis espiritualmente, para que cuando lleguéis a ser jefes de una comunidad o un clan, podáis refinarlos a ellos también. Para ser capaz de dar pasos hacia la reforma y el desarrollo de una comunidad, vuestro objetivo debe ser el servicio al Islam y a los musulmanes. Si dais pasos por la Causa de Dios, Dios Todopoderoso es Quien hace que los corazones se volteen, y Él volteará los corazones a favor vuestro: «En verdad para aquéllos que hayan creído en Dios y hayan hecho buenas obras, el Compasivo les dará Amor>> [19:96]. Esforzáos en el Camino hacia Dios, entregáos por completo; Dios no os dejará sin pago, si no en este mundo entonces en el Más Allá, Él os recompensará. Si, aparte de Él, no tenéis otra recompensa en este mundo, ¿qué podría ser mejor? Este mundo es nada. Esta pompa y estas personalidades llegarán a su fin después de unos pocos días, como un sueño que pasa ante los ojos del hombre, pero la recompensa del otro mundo es infinita y eterna.



 


[1]- N. del T: Cuando se habla de modales, se refiere al comportamiento con los demás. En el islam, la descortesía no es simplemente falta de educación, sino que es un pecado. Uno debe tratar a los demás como quisiera que los demás lo traten, y además, de acuerdo a los preceptos del Islam. A diferencia de otras religiones, en el Islam se enfatiza la responsabilidad que uno tiene hacia el prójimo, y un principio importante es que los pecados contra Dios sólo pueden ser perdonados por Dios, pero los pecados contra el prójimo, además de requerir el Perdón Divino, necesitan de ser perdonados por el ofendido, y Dios no concederá el perdón si la persona no ha sido absuelta por aquél a quien ofendió o dañó.

[2]- N. del T.: El traductor al inglés virtió la palabra ruhäni como clérigo; sin embargo, en el Islam no hay clero ni sacerdotes. Se trata de expertos o eruditos en religión, los cuales son preparados para predicar a las gentes pero no tienen jerarquía sobre éstos como en el caso de los sacerdotes o pastores cristianos o los rabinos de los judíos. Su responsabilidad es quiar y ensénar, ylo único que se demanda a las gentes es que los respeten y sigan, ya que realizan la labor de los profetas **** y los santos Imämes.****

[3]- El Comandante de los Creyentes, el Imäm Alí dijo: «Cuando el Mensajero de Dios me envió a Yemen, dijo: "¡Oh Alí!, no combatas contra nadie sino hasta que los hayáis invitado al Islam. Juro por Dios que si por tu mano (medio) Dios Todopoderoso guía a una persona, ello es mejor para ti que todo aquello sobre lo que el sol alumbra o se pone, y tú eres su walï (guardián y autoridad)"» Al-Käfï, vol. 5, p. 36, El Libro del Combate, sección sobre Invitación al Islam antes de Combatir, hadïth 2.

[4]- N. del T.: Significa la generalidad de las gentes, aquéllos que no han sido educados para predicar el Islam, no quiere decir los subordinados a un sacerdote o líder espiritual en el sentido del Cristianismo o el Judaísmo.

[5]- N. del T.: 'ulamâ', plural de 'älim, sabio religioso. Son los eruditos en estudios islámicos.

[6]- Usul Al-Käfï, 'Libro de la Excelencia del Conocimiento" (Kïtäb Fadl al 'Ilm); y Wasâ'il Al-'Ilm, vol. 18, pp. 9-17, 98-129 (Kïtäb Al-Qada).

[7]- Yamïl ibn Durraÿ dice que oyó que el Imäm Sädiq **** dijo: «Cuando el alma Ilega aquí (y apuntó a su cuello), no le queda a los sabios más oportunidad para el arrepentimiento». Luego recitó este verso Coránico. «El arrepentimiento aceptado por Dios es sólo para aquéllos que hacen mal ignorantemente» [4:17]. Usul Al-Käfï, vol. 1, p. 59, "El Libro de la Excelencia del Conocimiento".

[8]- Hafs ibn Qiyyas dijo que el Imäm Sädiq **** dijo: «¡Oh Hafs!, setenta pecados le serán perdonados a una persona ignorante antes que perdonarle uno solo a un sabio religioso (älim)». Usul Al-Käfï, vol. I, p. 59.

[9]- El Mensajero de Dios **** dijo: «Hay dos grupos de mi comunidad que si ellos son justos y piadosos, la comunidad será justa, y si ellos son corruptos, toda la comunidad se corromperá». Le preguntaron: «¿Quiénes son ellos?». Él **** contestó: «Los sabios religiosos (ulamâ) y los gobernantes». Khisal, por Shaij As-Sadüq, cap. II, p. 37; Tuhaf Al-Uqül, p. 50.

[10]- Sulaymán ibn Qays Hilali dijo que él oyó que el Comandante de los Creyentes (el Imäm Alí ibn Abí Talïb) reportó que el Santo Profeta dijo: «Hay dos tipo de sabios religiosos (ulama) uno que actúa de acuerdo con su conocimiento, así que él está salvado, y el älim que no actúa de acuerdo con su conocimiento, por lo que perecerá. Y en verdad las gentes del Infierno sufrirán debido al hedor del sabio religioso (älim) que no actúa de acuerdo a su conocimiento». Usul Al Käfï, vol. I, p. 55, "El Libro de la Excelencia del Conocimiento", capítulo sobre la aplicación del conocimiento, hadïth 1.

[11]- El Imäm Sädiq dijo: «Invitad a las gentes hacia la excelencia, pero no con vuestra lengua, sino más bien que las gentes vean en vosotros el esfuerzo piadoso (iÿtihäd), la veracidad y la piedad».

[12]- ghurar al-Hikam, vol. 7, p. 269.

[13]- Este grupo incluye a Mohammad ibn Abd Al-Wahhäb (fundador de la secta wahhabí), el Shaij Ahmed Ahsa'í y Sayyed Kazim Rashti (fundadores de la secta Shaijí), Ahmed Kaaravi y Ghulam Ahmad (fundador de la secta qadianí).

[14]- El gran Ayatollâh Häÿÿ Shaij Abdelkarim Ha'eri Yazdi (m. 1355 H / 1937 C), fue uno de los más grandes juristas Islámicos y un modelo de imitación para Los shi‘ah del siglo XIV del Islam. Él asistió a las cátedras de maestros tales como Mirzaye Bozorg Shirazi, Mirza Mohammad Taqi Shirazi, Akhind Khorasani, Sayyed Kazim Yazdi, Sayyed Mohammad Isfahani Fesharaki, en Natedras de maestros tales como Mirzaye Bozorg Shirazi, Mirza Mohammad Taqi Shirazi, Akhind Khorasani, Sayyed Kazim Yazdi, Sayyed Mohammad Isfahani Fesharaki, en Naÿaf y Samarra. En el año 1340/1921, por insistencia de los 'ulamâ' de Qum y después de hallar un buen augurio en un verso del Corán, él se estableció en Qum y organizó la Escuela Teológica de Qum. Entre sus obras se cuentan Durar Al-Fawâ'd dar Usul, Usul As-Salah, An-Nikäh, Ar-Ridä, Al-Mawarith, todos en el campo de la Jurisprudencia.

[15]- N. del N.: mullah o mawlà, o mawlanä (señor, amo, patrón) es el título que generalmente se le da a los hombres religiosos, tales como los eruditos Islámicos, los conductores de oraciones en las mezquitas, o los maestros de religión.

[16]- Abú Ya'farr Muhammad ibn Hasan Tusi (385-460/995-1067). Es conocido como Shaij at-tâ'ifah, y fue uno de los eruditos más distinguidos de los shi‘ah. Él fue el jefe de los juristas y los teó logos de su tiempo, y también era fuerte en literatura, biografía, exégesis y hadïth. Sus maestros fueron Shaij Mufïd, Sayyed Murtadà, Ibn Ghadâ'iri, e Ibn Abdun. El Shaij es el autor de dos libros famosos shi‘ah de hadïth. Ibtisär y Tahdïb, y se cuentan entre los cuatro libros (más importantes) de los shi‘ah Imämiyyah. El Shaij Tusi estableció Naÿaf como el centro de estudios de los shi‘ah.

[17]- Shaij Tusi empezó a escribir Tahdhïb - el cual es un comentario de Mughnï ah de Shaij Mufïd - en vida de su maestro (Shaij Mufïd, m. 413 / 1022). El Shaij Tusi tenía aproximadamente 26 años en ese tiempo.

[18]- Alí ibn Husayn ibn Müsá, conocido como Sayyed Murtadà y 'Alam Al-Hudá (355-436/965-1044), es uno de los más grandes eruditos del Islam en general y de los shi‘ah en particular. La mayoría de os grandes eruditos de los shi‘ah Imämiyyah, incluyendo a Shaij Tusi, se beneficiaron de sus enseñanzas. Él escribió Amali, Adh-Dharí'ah ilà Usul Ash-Shari’ah, An-Nasiriat, Al-Intisär, Ax-Xafï.

[19]- Fayd Kashani, Kalamat Maknunah, p. 123.

[20]- Shaij Murtadà Ansari (1214-1281 / 1799-1864), conocido como Khatam Al-Fuqahâ' wal-Muÿtahidín, fue uno de los descendientes de Yäbir ibn Abdillâh Ansäri, un compañero del Profeta. Él fue un genio en principios de Jurisprudencia (Ilm Al-Usul), y produjo grandes desarrollos en este campo. Algunos de sus maestros fueron: Shaij Müsà Käxif Al-Ghita, Shaij Ali Käxif Al-Ghita, Mulla Ahmed Naraqi y Sayyed Mohammad Muÿähid. Shaij Ansari educó a algunos grandes juristas, entre ellos: Akhund Khorasani, Mirza Shirazi y Mirza Mohammad Hasan Ashtiani. Sus obras incluyen Farâ'id Al-Usul (conocido como Rasâ'il) y Makasib, uno de los libros de texto más famosos.

[21]- Sayyed Ali ibn Sayyed Mohammad (m. 1283/1866), fue uno de los grandes ascéticos y místicos de su tiempo. Él recibió autorización (como muÿtähid) de Shaij Ansari y Sayyed Husayn, el líder de la oración del viernes de Shushtar. Sayyed Alí pasó algún tiempo en Shushtar como juez y autoridad legal (muftí), y luego se mudó a Naÿaf Al-Axraf. Allí asistió a clases de Shaij Ansari sobre jurisprudencia. Y Shaij Ansari también asistía a sus clases sobre ética. Cuando Shaij Ansari falleció, Sayyed Ali fue su albacea y lo sucedió en su puesto de profesor. Shaij Sayyed Alí fue profesor y consejero de Akhund Mulla Husaynquli Hamadani, el cual tenía muchos estudiantes que fueron quiados por él, algunos de los cuales, los más destacados, fueron: Mirza Yavad Malaki Tabrizi, Sayyed Ahmed Karbalâ'i, Shaij Mohammad Bihari, Sayyed Ali Qadi Tabrizi y Allamah Tabatabâ'i.

[22]- Maÿam 'Al-Bayän, bajo la exégesis del cuarto verso de surah Al-Qaam (La Pluma).

[23]- N. del T.: El traductor al inglés vierte la palabra ruhäni (persona religiosa, espiritual) como clérigo, sin embargo, en el Islam no existe el clero, ni los sacerdotes o monjes. Los ruhaniat son simplemente eruditos en ciencias religiosas que guían a las gentes, por lo que lo he traducido como eruditos religiosos.

    

 

Advertencia a las Escuelas Teológicas

Es posible que diseminando veneno y mala propaganda las manos impuras hayan mostrado los programas éticos y de reforma como carentes de importanca, y hayan presentado el subirse al mimbar (púlpito) para dar consejo y sermones como contrario a la posición del erudito, y ellos inhiben la obra de las grandes personalidades eruditas que tienen la estación de reformar y reformar las escuelas teológicas al llamarlos mimbari (meros sermoneadores). Hoy, ¿en algunas escuelas teológicas, subir al mimbar y dar sermones puede ser considerado vergonzoso! Ellos olvidan que el Comandante de los Creyentes era mimbari (sermoneador), y desde el mimbar él solía amonestar a las gentes, hacerlos conscientes de las cosas, despertar su conciencia, y guiarlos. Los otros Imämes también eran así.

Quizás algunos agentes secretos han inyectado este mal pra exterminar la espiritualidad y la ética en las escuelas teológicas, y como resultado nuestras escuelas teológicas se han vuelto corruptas y disolutas. Dios no permita que la división en grupos, el egoísmo, la hipocresía y la discordia penetren a las escuelas teológicas. Las gentes de las escuelas teológicas pelean entre sí, se alían unos contra otros, y se insultan y acusan de mentirosos unos a otros. Ellas pierden crédito en la comunidad Islámica, para que los extranjeros y los enemigos del Islam sean capaces de apoderarse de las escuelas teológicas y destruírlas. Los malintenciionados saben que el país apoya a las escuelas teológicas, y en tanto que el país las apoye no es posible derrotarlas ni desintegrarlas.

Pero en el día cuando las gentes de las escuelas teológicas y los estudiantes de éstas empiecen a carecer de principios éticos y comportamiento Islámico, y peleen entre sí, y formen grupos opuestos, y no se refinen ni purifiquen, y ensucien sus maos con acciones inadecuadas, entonces naturalmente la nación del Islam tendré una mala impresión de las escuelas teológicas y de los religiosos, y el apoyo para ellos se perderá, y consecuentemente el camino para el uso de la fuerza y la influencia del enemigo se abrirá. Si veis que los gobiernos tienen miedo de un hombre religioso y de un marÿa (autoridad en jurisprudencia shi‘ah y modelo de imitación), y los toma en cuenta, es debido a esto, que ellos se benefician del apoyo de las gentes, y en verdad, ellos tienen miedo a las gentes. Ellos consideran probable que si ellos muestran desprecio y audacia y atacan a un hombre religioso, las gentes se rebelarán y se levantarán contra ellos. Sin embargo, si los hombres religosos se oponen entre ellos y se difaman entre ellos, y no se comportan con modales y moral Islámicos, ellos caerán de su posición en la comunidad, y las gentes los abandonarán.[1] Las gentes esperan que vosotros seáis ruhani (espirituales), bien comportados con los cánones del Islam, y pertenecientes al partido de Dios. Controláos restringiéndoos del esplendor y el brillo de la vida y la artificialidad, y no rehuséis ningún tipo de autosacrificio en el camino del avance de los ideales islámicos y el servicio a la nación del Islam. Caminad hacia adelante sobre el camino del Dios Todopoderoso para complacerlo, y no prestéis a atención a nadie sino sólo al Creador Unico.

Sin embargo, si, contrario a lo que se espera, se ve que en vez de prestar atención a la metafísica, todo lo que os importa es este mundo y justo como los demás tratáis de ganar intereses mundanos y personales, y peleáis entre vosotros por la causa del mundo y sus placeres bajos, y tomáis al Islam y al Corán - que Dios no lo permita - como cosas de juego, simplemente para alcanzar metas siniestras y vuestras intenciones sucias, vergonzosas y mundanas, y convertís vuestra religión en un mercado, entonces las gentes os volverán la espalda y se harán cínicos. Así, vosotros seréis reponsables. Si algunos de esos que usan el turbante y cargan a las escuelas teológicas y disputan entre sí, se calumnian y difaman mutuamente debido a rencores personales y a la búsqueda de intereses mundanos, y rivalizan por algunos puestos, ellos cometen traición contra el Islam y el Corán y violan la confianza divina. Dios Todopoderoso ha pueso la sagrada religión del Islam en nuestras manos como una encomienda. El Glorioso Corán es una gran encomienda divina. Los eruditos (ulamâ') y los hombres religiosos (ruhaniyyún) son los depositarios de la encomienda divina, y ellos tienen la responsabilidad de proteger ese depósito contra la tración. La terquedad y los antagonismos persona les y mundanos son traición contra el Islam y contra el gran Profeta del Islam.

Yo no sé para qué propósito son esas oposiciones, formaciones de grupillos, y enfrentamientos. Si es por la causa del mundo, ¡no tenéis mucho de eso! Suponiendo que os beneficiaseis de los placeres y los intereses mundanos, no habría lugar para desacuerdo, a menos que vosotros no fueseis ruhanis (hombres religiosos), y la única cosa que heredaríais de la ruhaniyah (la espiritualidad), sería la túnica y el turbante. Un hombre religioso (ruhani) que se ocupa en metafísica, un hombre religioso que se beneficia de enseñanzas vivientes y atributos Islámicos reformadores, un hombre religioso que se considera a sí mismo como un seguidor de Alí ibn Abí Tälib no es posible que sea tentado por el mundo, ni se permitiría causar discordias. Vosotros que os habéis declarado seguidores del Comandante de los Creyentes, ¡al menos deberíais hacer un poco de investigación sobre la vida de ese gran hombre, y ver si vosotros realmente sois seguidores suyos! ¿Conocéis y practicáis algo de su ascetismo, piedad (taqwà) y su vida simple y carente de adornos? ¿Sabéis algo de la lucha de ese gran hombre contra la opresión, la injusticia y las diferencias de clases, y de su defensa y apoyo - sin vacilar - a los oprimidos y los perseguidos, y cómo daba su mano a los desposeídos y a las clases sociales sufridas? ¿Lo habéis puesto en práctica? ¿Es acaso el significado de shi‘ah sólo las apariencias ornamentales del Islam?[2] Por tanto, ¿cuál es la diferencia entre vosotros y los demás musulmanes por cuya virtud ellos son mucho más adelantados y tienen más ventajas que los shi‘ah? ¿Qué os distingue sobre ellos?

Auéllos que hoy en día han prendido fuego al mundo, que derraman sangre y matan, lo hacen proque están compitiendo entre sí para saquera a las naciones del mundo y tragarse sus riquezas y el producto de sus labores, y en poner bajo su dominio y control a los países débiles y subdesarrollados. Así, en el nombre de la libertad, el desarrollo y la prosperidad, la defensa de la independencia y protección de las fronteras, y bajo otros lemas engañosos, cada día las llamas de la guerra se encienden en alguna parte del mundo, y megatones de bombas incendiarias caen sobren naciones desprotegidas. Esta lucha parece correcta y coincide con la lógica de las gentes mundanas, cuyos cerebros están contaminados. Sin embargo, vuestros conflictos, incluso de acuerdo a la lógica de ellos, son incorrectos. Si les preguntan por qué pelean, ellos dirán que quieren conquistar a este o a aquel país; que la riqueza e ingresos de este o aquel país deben ser suyos. Sin embargo, si os preguntan por qué tenéis conflictos y por qué peleáis, ¿cuál será vuestra respuesta? ¿Qué beneficios obtenéis del mundo por cuya causa estáis peleando? Vuestro sueldo mensual, que las autoridades supremas de jurisprudencia religiosa (marÿa 'i taqlïd) os dan, llamado shahriyyah, ¡es menos que el dinero que algunos otros usan para cigarrillos! Yo leí en un periódico o una revista, no recuerdo cuál exactamente, que la cantidad de dinero que el Vaticano envía a un solo sacerdote en Washington es una cifra bastante grande. ¡Calculo que es más que el presupuesto entero para todas las escuelas teológicas de los shi‘ah! ¿Es correcto para vosotros, con vuestro estilo de vida y vuestra condición, tener conflictos y confrontaciones entre vosotros?

La raíz de todos estos conflictos que no tienen objetivo sagrado espcífico es el amor de este mundo. Si los conflictos de este tipo existen entre vosotros, es por esta razón: que vosotros no habéis expulsado de vuestros corazones el amor a este mundo. Debido a que los intereses mundanos son limitados, cada uno se levanta contra su rival para obtenerlos. Deseáis una cierta posición que alguien más también quiere, y naturalmente esto conduce a los celos y el rencor. Sin embargo, las gentes de Dios, que han expulsado de sus corazones el amor a este mundo, no tienen otra meta que Dios y nunca pelean entre sí, nunca causan tales calamidades y tanta corrupción. Si todos los profetas de Dios fueran a congregarse hoy en una ciudad; no habría discordia ni conflictos entre ellos, ya que sus metas y destino son todos uno. Los corazones de todos ellos aspiran a Dios Todopoderoso, y están libres del amor a este mundo.

Si vuestras obras y acciones, vuestra forma de vida y vuestro trabajo son de este tipo que es evidente hoy en día, entonces mejor deberíais temer - que Dios nos proteja de ello - dejar este mundo sin ser uno de los Shi‘ah (seguidores) de Alí ibn Abí Tälib. Deberíais temer que vuestro arrepentimiento no sea aceptado, y que la intercesión del Imäm Alí no os sea de beneficio. Antes de perder la oportunidad, vosotros deberíais tratar de remediar esto. Abandonad estos conflictos vanos y vergonzasos. Estos enfrentamientos y conflictos son incorrectos. ¿Acaso formáis dos naciones? ¿Es vuestra religión chauvinística? ¿Por que no tenéis precaución? ¿Por qué no sois puros, honestos y fraternales entre vosotros? ¿Por qué? ¿Por qué?

Estos conflictos son peligrosos ya que conducen a la corrupción para lo que no hay compensación: la destrucción de las escuelas teológicas; y os hará indignos y deshonrados en la comunidad. Esta separación en bandos es para vuestra pérdida sólamente. No sólo no os da crédito, sino que trae deshonor y descrédito a la comunidad y la nación, y conduce a dañar el Islam. Si vuestras oposiciones entre vosotros llevan a la corrupción, será una ofensa inolvidable y ante Dios Todopoderoso será uno de los pecados más grandes, ya que corromperá a la comunidad y la dejará abierta a la influencia y el dominio del enemigo. Quizás algunas manos ocultas estén trabajando diseminando la enemistad y la discordia en las escuelas teológicas, sembrando por diversos medios las semillas de la discordia y la desunión, envenenando los pensamientos y confundiendo las mentes, actuando bajo el disfraz de "deberes religiosos" y por medio de esos deberes religiosos la corrupción se establece en las escuelas teológicas, así que por estos medios aquéllos que son útiles para el futuro del Islam son destruídos e incapaces de servir al Islam y a la comunidad Islámica en el futuro. Es necesario estar alerta y consciente. No os engañéis pensando que vuestros deberes religiosos requieren de esas cosas, y que vuestras obligaciones religiosas son así o de este otro modo. Algunas veces Satanás determina responsabilidades y deberes para el hombre. Algunas veces los deseos y anhelos egoístas fuerzan al hombre a hacer cosas enel nombre de los deberes religiosos. Ofender a un musulmán y decir algo malo acerca de un hermano en religión no son deberes religiosos. Esto es amor al mundo y amor al ego. Éstas son las acciones alentadas por Satanás que traen un día obscuro para el hombre. Esta enemistad es la enemistad de los malditos: «Ésa es ciertamente la verdad, la competencia de los habitantes del Fuego del Infierno entre sí» [38:64]. La enemistad y la competencia existen en el Infierno. Las gentes del Infierno tienen conflictos, peleas y se atacan unos a otros. Si vosotros tenéis pleitos por la causa de este mundo, tened cuidado, ya que estáis preparando el Infierno para vosotros mismos, y vais hacia allá. No hay pleitos por las cosas del Más Allá (entre los justos). Las gentes justas del Más Allá son puras y están en paz entre sí. Sus corazones se desbordan de amor a Dios y de adorarlo. El amor a Dios requiere el amor de aquéllos que tienen fe en Dios. El amor para los siervos de Dios es la sombra de ese mismo amor a Dios.

No pongáis vuestras manos en el fuego. No encendáis las llamas del Infierno a todo su furor. El Fuego del Infierno es alimentado por las obras y acciones feas del hombre. Éstas son las acciones del hombre que encienden el fuego. Ha sido narrado: «Pasé por el Infierno cuando estaba apagado». Si un hombre no enciende el fuego con sus obras y acciones, el Infierno se extinguirá.[3] El interior de esta disposición es el Infierno. Acercarse a esta disposición es acercarse al Infierno. Cuando el hombre deja este mundo y las cortinas se abren para él, entonces se dará cuenta: «Esto es lo que vuestras manos (obras) enviaron por adelantado» [3:182], y «...lo que ellos hicieron lo hallarán presente» [18:49]. Todas las obras que son hechas por el hombre en este mundo serán vistas en el Más Allá, y se presentarán ante él: «Entonces, quien haya hecho el bien, verá el bien que hizo: aun el peso de un átomo. Y quien haya hecho el mal, verá el mal que hizo: aun el peso de un átomo» [99:7-8]. Todas las obras, acciones y palabras del hombre serán reflejadas en el otro mundo. Es como si todo en nuestras vidas estuviera siendo filmado, y la película será exhibida en el otro mundo, y uno no podrá negar nada de ello. Todas nuestras acciones y movimientos nos serán mostrados, además del testimonio rendido por nuestros miembros corporales y nuestros órganos: «Ellos dirán: "Dios, que hace hablar a todos, nos hizo hablar"» [41:21]. Ante Dios, que hará que todas las cosas hablen y dén testimonio, vosotros no seréis capaces de negar vuestras acciones feas ni esconderlas. Pensad un poco, mirad hacia adelante, pesad las consecuencias de vuestras acciones, tened siempre en mente los eventos peligrosos que suceden después de la muerte, la estrachez de la tumba, el mundo del barzakh (el período entre la muerte y la resurrección), y no olvidéis las dificultades que seguirán a eso. Al menos creed en el Infierno. Si un hombre cree en los eventos terribles que suceden después de la muerte, él cambiará su modo de vida. Si tuvieseis fe y certidumbre en estas cosas, no vivirías tan libre y licenciosamente. Vosotros trataríais de cuidar vuestra pluma, vuestros pasos, y vuestra lengua, para reformaros y purificaros.


[1]- Alí dijo: «Si los portadores del conocimiento ('ilm) lo cargan como merece ser cargado, ellos serán amados por Dios, los ángeles y aquéllos que son obedientes a Él, pero aquéllos que lo portan por causa de este mundo serán despreciados por Dios y por las gentes», Tuhaf Al 'Uqül, p. 201, capítulo de los dichos del Comandante de los Creyentes.

[2]- Sifät Ash-Shi‘ah, escrito por Shaij As-Sadüq, y también Bihär-ul-Anwär, vol. 65, pp. 83-95 y 149-196, el capítulo titulado "El Libro de la Fe y la Infidelidad", sección sobre: "En verdad los shi‘ah son las gentes de la religión de Dios..." y la sección de "Los atributos de los shi‘ah y sus clases...". Sharhe Chehel Hadïth, por Imäm Khomeini, hadith 29, traducido por A. A. Qara'i como Cuarenta Hadith: una Exposición en la revista At-Tawhïd, vol. X.

[3]- Se refiere a un hadïth según el cual: «Cuando algunas gentes le preguntaron a nuestro Imäm acerca de la aplicabilidad de este verso: "Y no hay ninguno de vosotros que no venga a él (el Infierno)" [19:71], él contestó: "Nosotros pasamos por el Infierno y estaba apagado"» Ilm Yaqïn, vol. 2, p. 917.

 

     

Bendiciones Divinas

Debido a que Él favorece a Sus siervos, Dios, el Bendito y Supremo, les dio el intelecto. Él les dio el poder para refinarse y purificarse. Él envió a los profetas y a los santos (awliyâ', amigos de Dios) para guiar a las gentes y ayudarlos a reformarse para que no caigan en el severo castigo del Infierno. Si estas medidas preventivas no provocan el despertar y la purificación del hombre, Dios, el Misericordioso, lo hará consciente por otros medios: por varias dificultades, aflicciones, pobreza, enfermedad. Como un médico experto o un enfermero hábil y delicado, Él trata de curar al enfermo de malestares espirituales peligrosos. Si un siervo es bendecido por Dios, él se enfrentará a aflicciones hasta que vuelve su atención hacia Dios Todopoderoso, y es refinado.[1]Éste es el camino, y aparte de este no hay camino, pero el hombre debe anda este camino con sus propios pies hasta que llegue a su conclusión. Si él no llega a ninguna conclusión en este camino, y el hombre descarriado no se cura, y no merece las bendiciones del Cielo, cuando su alma sea sacada de él, habrá mucha presión sobre él, así que quizás él regresará y estará consciente. Otra vez, si él no es afectado, entonces en la tumba, en el mundo del barzakh, y en los terribles y peligrosos eventos que sucederán después de la muerte, él sufrirá presiones y castigos hasta que se purifique y refine, y así no vaya al Infierno. Todas éstas son bendiciones de Dios Todopoderoso para evitar que el hombre vaya al Infierno. ¿Qué entonces si con todas estas bendiciones y favores de Dios Todopoderoso él no se cura todavía? Entonces no hay otra alternativa que la última cura, que es que él debe ser quemado. Cuántos hombres no so han refinado y reformado y no fueron afectados por estas curas, así que necesitaron que Dios, el Compasivo y Misericordioso, refinara a Sus siervos por medio del fuego, tal como el oro es purificado con fuego.

Acerca del verso: «...en el que vivirán por largos años...» [78:23], se ha reportado que las "eras" o "largos años" mencionados aquí son para aquéllos que han sido guiados, aquéllos en los que la base de su fe ha sido preservada.[2] Esto es para mí y para vosotros, si somos creyentes. Cada "era" dura miles de años; ¿cuántos?, sólo Dios lo sabe. Que Dios no permita que lleguemos a un estado tal que estas curas no sean efectivas, de modo que esta cura se necesite para que merezcamos y ameritemos las bendiciones eternas [del Cielo]. Dios no permita que sea necesario que el hombre vaya al Infierno por un tiempo y arda allí hasta ser purificado de sus vicios, contaminación espiritual y características satánicas impuras, para poder merecer y ser capaz de beneficiarse de «los Jardines bajo los cuales fluyen ríos» [58:22]. Estad conscientes de que esto es sólamente para aquéllos cuyos pecados no han llegado a un extremo tal que los prive completamente de la Misericordia y las Bendiciones de Dios Todopoderoso, aquéllos que todavía tienen un mérito esencial para ir al Cielo. Dios no permita que el hombre, debido a la multitud de sus pecados sea expulsado y bloqueado de la Presencia de Dios Todopoderoso, y sea desprovisto de la Misericordia divina, de manera que no haya para él otro curso que el permanecer eternamente en el Fuego del Infierno. Dios no permita que vosotros seáis despojados de la Misericordia y las Bendiciones divinas, y que seáis sometidos a Su Ira, Indignación y Castigos. Que vuestras obras, vuestro comportamiento y vuestras palabras no sean medios para la negación de la Gracia, no quedándoos otra cosa que la condenación eterna.

Ahora, si vosotros no podéis soportar mantener vuestra mano sobre una estufa caliente por un minuto, ¡mantened alejado el Fuego del Infierno! Mantened estos fuegos alejados de las escuelas teológicas y de la comunidad de los hombres religiosos. Mantened las disputas y el rencor lejos de vuestros corazones. Comportáos bien con las gentes, y en compañía de ellos, y sed compasivos y gentiles. Por supuesto, vosotros no debéis ser amables con los pecadores en cuanto a sus pecados y su rebeldía. Decidles caraa cara sus malas acciones y sus errores, y prohibídselos; y mantenéos alejados de promover la anarquía y la rebeldía. Comportáos bien con los siervos de Dios y con los justos. Mostrad respeto a los sabios en cuanto a su conocimiento, a aquéllos en el camino de la guía en cuanto a su virtud, y al los ignorantes e ineducados, ya que ellos también son siervos de Dios. Tened buen comportamiento, sed amables, honestos y fraternales. Refináos. Vosotros queréis refinar y guiar a la comunidad, pero ¿cómo puede guiar y conducir a otros aquél que no se puede reformar y conducir a sí mismo? Ahora quedan sólo unos pocos días del mes de Sha’bán,[3] así que tratad en estos pocos días de arrepentiros y reformaros, y entrad al mes bendito de Ramadán con una alma sana.

 

Puntos acerca de la Invocación Intima Y Suspirada (Munaÿä) del mes de Sha’bán

¿Habéis recitado la Munaÿat de Sha’bán[4] para Dios, el Bendito y Supremo, durante este mes de Sha’bán en el que se ha aconsejado que esta devoción se recite desde el primero hasta el último día del mes? ¿Os habéis beneficiado de su alto significado que enseña fe y conocimiento (ma'rifah) crecientes ante el Señor? Se reporta con respecto a esta súplica que el la munaÿat del Imäm Alí y sus descendientes, y que todos los Imämes puros invocaban a Dios con esta súplica.[5] Muy pocas invocaciones y devociones pueden ser halladas que hayan sido recitadas por todos los Imämes para Dios. Esta devoción es verdaderamente una introducción a advertir y preparar al hombre a aceptar las responsabilidades del mes bendito de Ramadán, y es posible que también sea para recordar a las personas conscientes acerca del motivo para el ayuno y sus valiosos frutos.

Los Imämes inmaculados han explicado muchas cosas por medio de invocaciones. El lenguaje de la invocación es muy diferente a los otros lenguajes por medio de los culales estos grandes hombres explicaron los preceptos (religiosos). Ellos explicaron los asuntos divinos más espiritual, metafísica y precisamente, y todo lo referente al conocimiento de Dios, por medio del lenguaje de la invocación. Pero nosotros recitamos las invocaciones de principiio a fin y desgraciadamente no prestamos atención a su significado, y no entendemos lo que realmente quieren decir.

En esta munaÿat leemos: «¡Oh Dios Mío!, concédeme que pueda desprenderme completmente de todo excepto de Ti, e ilumina la visión de nuestros corazones por medio de la radiancia de la visión hacia Ti, hasta que las visiones del corazón atraviesen las cortinas de luz y se adhieran a la Fuente de la Grandeza y nuestras almas lleguen a pertenecer a Tu Santidad Exaltada».[6]

Es posible que el significado de la frase «¡OhDios Mío!, concédeme que pueda desprenderme completmente de todo excepto de Ti» es que previo al mes bendito de Ramadán, las gentes conscientes de Dios deben alistarse y prepararse para desprenderse de los placeres mundanos y evitarlos (y este evitarlos es precisamente desprenderse de todo lo que no sea Dios). Estar completamente desprendido de todo lo demás no es algo fácil de obtener. Requiere práctica extra difícil, y llegar a algunos extremos, ejercicios espirituales, perseverancia y disciplina, hasta que uno sea capaz de fijar su atención completamente en nada que no sea Dios y despegarse de todo lo demás. Si alguien es capaz de hacer esto, él ha alcanzado una gran felicidad. Sin embargo, con la mínima atención a este mundo es imposible desprenderse de todo excepto Dios. Alguien que quiera llevar a cabo el ayuno del mes bendito de Ramadán con tal forma como se le ha pedido, debe desprenderse completamente de todo lo demás para que puedaa observar las maneras para la celebración y festividad [de Dios], llegando a conocer el estado del Albergador. en tanto que esto sea posible. Según la orden del Santo Profeta - que se relata en uno de sus sermones - todos los siervos de Dios, el Supremo, han sido invitados por Él a un banquete en el mes bendito de Ramadán y van a ser los invitados del Proveedor en Su fiesta. Él dice allí: «¡Oh gentes!, el mes de Dios se acerca... y vosotros habéis sido invitados en él al banquete de Dios».[7] En estos pocos días hastga el mes bendito de Ramadán, vosotros debéis reflexionar, reformaros a vosotros mismos, y prestar atención a Dios Todopoderoso, pedir perdión por vuestro comportamiento y acciones indebidos, y sique Dios no lo permita - habéis cometido un pecado, arrepentíos de él antes de entrar al mes bendito de Ramadán. Acostumbrad vuestra lengua a la recitación de las oraciones íntimas suspiradas (munaÿät) a Dios Todopoderoso.

Dios no permita que en el mes bendito de Ramadán vosotros calumniéis o habléis mal del prójimo ausente, o que pequéis, y así os contamineis con la transgresión en la Presencia del Señor, el Altísimo, en Su banquete. Vosotros habéis sido invitados durante este mes honorable al banquete de Dios Todopoderoso, «y habéis sido invitados en él al banquete de Dios», así que alistáos para la fiesta magnífica del Todopoderoso. Al menos respetad las formas externas y formales del ayuno. (Las verdaderas formas del ayuno son otro asunto por complete diferente, y requieren cuidado y esfuerzo constantes). El significado de ayunar no es simplemente abstenerse de comer y beber, uno también debe cuidarse del pecado. Ésta es la etiqueta primaria del ayuno para los novatos. (La etiqueta del ayuno para las gentes religiosas que quieren alcanzar la mina de la grandeza es otra diferente a ésta). Al menos debéis observar la etiqueta primaria del ayuno, y en la misma forma en que os abstenéis de comer y de beder, debéis cuidar vuestros ojos, oídos y lengua contra la transgresión. De ahora en adelante, controlad vuestra lengua contra la maledicencia, la calumnia, hablar mal (del prójimo), y la mentira, y expulsad de vuestros corazones todo rencor, envidia, y otros feos atributos satánicos. Si podéis, desprendéos de todo exsin duplicidad (de intención). Cortad relaciones con los demonios tanto humanos como espíritus, aunque nosotros mismos aparentemente no podemos aspirar a alcanzar un estado de felicidad tan valioso. Al menos tratad de ver que vuestro ayuno no vaya acompañado de pecado. De otra manera, aun si vuestro ayuno es correcto desde el punto de vista de la Ley Islámica, no subirá a ser aceptado por Dios. Hay una gran diferencia entre la ascensión de las obras de uno y su aceptación, por una parte, y el que sean religiosamente correctas, por la otra. Si, para fiens del mes bendito de Ramadán, no hay cambio en vuestras obras y acciones, y vuestros modos y métodos no son diferentes a como eran antes del mes del ayuno, es evidente que el ayuno que se esperaba que cumplierais no fue cumplido, y que lo que habéis hecho no es sino un vulgar ayuno físico.

En este mes honorable, en el que vosotros habéis sido invitados al banquete divino, si no adquirís visión (ma'rifat) acerca de Dios Todopoderoso ni visión de vosotros mismos, significa que no habéis participado adecuadamente en el banquete de Dios. No debéis olvidar que en este mes bendito, que es "el mes de Dios", en el que se abre el camino hacia la Misericordia divina para los siervos de Dios y en el que los demonios, según algunos reportes, son encadenados,[8] si vosotros no sois capaces de reformaros y refinaros, y de manejar y controlar vuestro ego voluntarioso (nafs-e-amarah),[9] someter vuestros deseos egoístas y cortar toda relación e interés con este mundo y las cosas materiales, entonces después del fin del mes de ayuno será difícil para vosotros poder lograrlo. Por tanto, aprovechad esta oportunidad antes que su gracia magnífica se desvanezca, y purificáos y reformáos. Alistáos y preparáos para cumplir los deberes del mes del ayuno. Que no sea que previo a la llegada del mes de Ramadán estéis como el que ha sido herido por mano del Demonio así que en este único mes en que los demonios están encadenados vosotros automáticamente os ocupéis con el pecado y las acciones opuestas a las órdenes del Islam. Algunas veces, debido a su distanciamiento con Dios y al gran número de sus pecados, el hombre rebelde y pecador se hunde tan profundamente en la obscuridad y la ignorancia que no necesita que Satanás lo tiente, sino que él mismo toma el color de Satanás. El Sibghat Allâh es lo opuesto del color de Satanás.

Alguien que persigue los deseos egoístas y que obedece a Satanás, poco a poco adquiere el color de Satanás. Vosotros deberíais decidir al menos en este único mes controlaros, y evitar las palabras y el comportamiento que disgusta a Dios, el Altísimo. Justo ahora en esta misma sesíon haced un pacto con Dios que durante el mes bendito de Ramadán evitaréis hablar mal del prójimo ausente, calumniar e insultar a los demás. Poned vuestra lengua, ojos, manos, oídos y otros miembros y órganos bajo vuestro control. Dirigid vuestras acciones y vuestras palabras. Es posible que esta misma obra digna resulte en que Dios os preste atención y os bendiga. Después del mes de ayuno, cuando los demonios son liberados de sus cadenas, vosotros habréis sido reformados, y ya no escucharéis las mentiras de Satanás, y os refinaréis y purificaréis. Repito, decidid durante estos 30 dáis del mes bendito de Ramadán controlar vuestra lengua, ojos, oídos y todos vuestros órganos y miembros, y prestad constante atención al juicio de la ley (xarï'ah) acerca de las obras que intentáis hacer, y las palabras que intentáis decir, y las cosas que intentáis escuchar. ¡Ésta es la manera elemental y externa de ayunar! ¡Al menos mantened esta manera externa de ayunar! Si observáis que alguien está a punto de hablar mal de otra persona, evitad que lo haga y decídle que hemos hecho un pacto de que durante estos 30 días de Ramadán nos mantendremos alejados de los asuntos prohibidos. Y si no sois capaces de evitar que hable mal del prójimo, levantáos y abandonad esa sesión. No os quedéis simplemente sentados allí escuchando. Los musulmanes deben estar a salvo de vosotros.

Alguien de cuyas manos, lengua y ojos, los otros musulmanes no están a salvo, no es verdaderamente un musulmán,[10] aunque él sea formal y aparentemente un musulmán que ha proclamado formalmente Lä iläha illä Allâh (no hay dios excepto Dios). Si - Dios no lo permita - vosotros queréis ofender a alguien, calumniarlo o hablar mal de él en su ausencia, debéis saber que vosotros estáis ante la Presencia de vuestro Señor; vosotros vais a ser los invitados de Dios Todopoderoso, y en la Presencia de Dios, el Altísimo, estaríais comportándoos groseramente con uno de Sus siervos; y calumniar a uno de los siervos de Dios es calumniar a Dios. Ellos son los sirvientes de Dios; especialmente si ellos son sabios en el camino del conocimiento y la piedad (taqwà). ¡Algunas veces veis que debido a dichos asuntos el hombre llega a un estado tal que niega a Dios en el momento de su muerte! Él niega las Señales divinas: «Entonces malo fue el fin de aquéllos que obraron el mal, porque ellos negaron las Señales de Dios y solían burlarse de ellas» [30:10]. Estas cosas ocurren poco a poco. Hoy, una opinión incorrecta; mañana, una palabra de chisme o insulto; pasado mañana, la calumnia contra un musulmán, y poco a poco estos pecados se acumulan en el corazón, y lo ennegrecen y evitan que el hombre adquiera conocimiento de Dios (ma'rifat), ¡hasta llegar al punto en que niega todo y rechaza la Verdad!

Según algunos versos del Corán como los interpretan algunos reportes, las obras del hombre le serán presentadas al Profeta y a los santos Imämes y serán revisadas por ellos.[11] Cuando el Profeta revise vuestras obras y vea cuántos errores y pecados hay, ¡qué indignado y molesto se sentirá! Vosotros no queréis que el Mensajero de Dios se indigne y moleste; vosotros no querríais romper su corazón y ponerlo triste. Cuando él atestigúe que la página de vuestras obras está repleta de maledicencia. calumnia e insultos a los musulmanes y que toda vuestra atención estuvo dedicada a estos asuntos mundanos y materialistas y que vuestro corazón se desbordaba de malicia, odio, rencor y sospecha entre vosotros, es posible que ante la Presencia de Dios, el Santísimo y Altísimo, y ante los ángeles de Dios, él se sienta avergonzado de que su comunidad y sus seguidores fueron ingoratos a las bendiciones divinas, y que, descarriados y desbocados, traicionaron la confianza de Dios Todopoderoso. Alguien emparentado con nosotros, aun cuando tenga una posición poco importante, si comete errores, nos hace sentir avergonzados. Vosotros estáis emparentados con el Mensajero de Dios ya que al ingresar a la escuela teológica os habéis emparentado con la Ley del Islam, el más noble Profeta y el Glorioso Corán. Si vosotros realizáis acciones desagradables, ello molesta al Profeta y él no puede soportarlo, y - Dios no lo permita - os podéis condenar. No dejéis que el mensajero de Dios y los santos Imämes se molesten y entristezcan.

El corazón del hombre es como un espejo, claro y brillante, y debido a demasiada atención a este mundo y demasiados pecados, se opaca y obscurece. Sin embargo, si una persona al menos cumple el ayuno para Dios Todopoderoso sinceramente y sin duplicidad (yo no estoy diciendo que los otros actos de adoración no tienen que ser puros; es necesario que todos los actos de adoración sean realizados sinceramente y sin duplicidad alguna), entonces su adoración, que es un alejamiento de la lujuria, hacer a un lado el placer, y desprenderse de todo excepto de Dios, si es cumplida bien en este mes bendito, guizás la Gracia de Dios le sea extendida y el espejo de su corazón le sea limpiado de su obscuridad y pátina; y haya esperanza de que cambies sus caminos y pierda interés en este salvajismo y estos placeres mundanos. Cuando llegue la Noche del Poder,[12] uno obtendrá la iluminación que se otorga en esa nocha a los amigos de Dios y a los creyentes.

La recompensa de un ayuno así es Dios, como ha sido reportado: «El ayuno es para Mí y Yo soy su recompensa».[13] Nada más puede ser la recompensa para dicho ayuno. Un jardín de bendiciones no contaría como una recompensa digna para un ayuno así. Si un hombre toma el ayuno como si significara cerrar la boca a la comida per abrirla para calumniar, y en las reuniones cálidas y amistosas con (la) compañía (de sus hermanos) en las noches cuando hay oportunidad y tiempo él se dedica a hablar mal del prójimo ausente hasta el sahar,[14] dicho ayuno no le beneficiará ni tendrá efecto alguno. Más bien, el que ayuna de esta manera no ha observado la etiqueta del banquete de Dios. Él habrá violado los derechos de su Benefactor, el Benefactor que lo ha provisto con todos los medios y conveniencias del la vida desde antes de crearlo, y ha provisto los medios para su desarrollo. Él envió a los profetas para guiarlo. Él envió los libros revelados. El hombre ha recibido el poder para acercarse a la fuente de la grandeza y la luz de la felicidad, ha sido favorecido con el intelecto y la percepción, y ha sido el recipiente de Su Generosidad. Ahora, Él ha invitado a Sus siervos a entrar a Su Casa como huéspedes y sentarse a la mesa de Sus Bendiciones donde ellos van a agradecerlo y alabarlo tanto como sus lenguas y manos se los permitan. ¿Es correcto para los siervos, que se benefician de Sus Bendiciones sentados a Su mesa y que hacen uso de los medios y coneniencias que Él les ha provisto libremente, oponerse a su Amo y Anfitrión y rebelarse contra Él? ¿Es correcto que ellos usen estas cosas (que Él les dio) para oponerse a Él y a Sus deseos? ¿No es esto morder la mano que lo alimenta a uno, y el máximo de la ingratitud del hombre el sentarse a la mesa de su Amo y que, con comportamiento y acciones groseros y descarados, insulte audazmente a su honorable Anfitrión, Él cual es el Benefactor, haciendo acciones feas y perversas ante el Anfitrión?

Los invitados al menos deben saber Quién es su Anfitrión, y deben estar conscientes de Su dignidad. Ellos deben estar familiarizados con los modales y costumbres de las sesiones. Ellos no deben tratar de rebelarse haciendo obras que estén en conflicto con la virtud y el decoro. Los huéspedes del Ser Supremo deben llegar a conocer la estación divina de la Presencia del Señor de majestad - una estación de la que los Imämes y los grandes profetas buscaban constantemente más conocimiento y conciencia más perfecta, y querían obtener dicha fuente de luz y de grandeza. «E ilumina la visión de nuestros corazones por medio de la radiancia de la visión hacia Ti, hasta que las visiones del corazón atraviesen las cortinas de luz y se adhieran a la Fuente de la Grandeza». El banquete de Dios es esa misma "fuente de grandeza". Dios, el Bendito y Exaltado, ha invitado a Sus siervos a que entren a la fuente de la luz y de la grandeza. Sin embargo, si el sirviente no se comporta con propiedad, no será capaz de entrar a una posición tan espléndida y suntuosa. Dios, el Altísimo, ha invitado a Sus siervos a todo tipo de favores premios y a numerosos placeres espirituales, pero si ellos no están preparados para estar presentes en esa posición de honor, ellos no podrán entrar. ¿Cómo puede uno entrar a la Presencia del Señor y a la casa del Señor de los señores - la cual es la fuente de grandeza - estando contaminado espiritualmente, con vicios y pecados de cuerpo y alma? Se requiere mérito. Es necesaria la preparación. En vergúenza y con corazones contaminados cubiertos por velos de obscuridad, uno no podrá entender estos significados y verdades espirituales. Uno debe rasgar esto velos y hacer a un lado estas cortinas obscuras y ligeres que cubren el corazón y son barreras a la unión con Dios, para entonces poder entrar a la brillante y espléndida compañía divina.


[1]- N. del T.: En este punto se puede ver el significado exacto de la palabra refinamiento, tan frecuentemente usada por el Imäm en su discurso. El oro, u otro metal precioso, es refinado en el fuego para eliminar escorias y que así pueda surgir el metal puro y brillante. Similarmente en el ser humano, el sufrimiento y las dificultades pueden servir como una prueba para eliminar imperfecciones y hacer que el hombre se supere.

[2]- Ayashï narró en la autoridad de Humrán, el cual le preguntó al Imäm Bäqir acerca del verso citado, y el Imäm respondió: «Esto es acerca de auéllos que partirán del Fuego del Infierno». Maÿma Al-Bayán, vol. 10, p. 424.

[3]- El octavo mes del calendario lunar Islámico. Éste consta de 12 meses Lunares que son: Muharram, Safar, Rabï'ul-Awwal, Rabï'uth-Thänï, Yumädil-Awwal, Yumädith-Thänï, Raÿab, Sha’bán, Ramadán, Shawwäl, Dhül-Qa'dah y Dhül-Hiÿÿah.

[4]- Las Munaÿät, oraciones suspiradas o íntimas, son una serie de 25 invocaciones escritas por el Imäm, Alí, todas ellas muy inspiradas, profundas y bellas.

[5]- Cf. Iqbal Al-A'mal, devociones para el mes de Sha’bán, p. 685; y Misbäh Al-Mutahaÿÿid wa Saläh Al-Muta'bah, p. 374; y Bihär-ul-Anwär, vol. 91, p. 97-99, capítulo 32, hadïth 12.

[6]- Wasâ'il Ash-Shi‘ah, vol. 7, p. 227, "El Libro del Ayuno", capítulo sobre el mes de Ramadán, cap. 18, hadïth 20.

[7]- Wasâ'il Ash-Shi‘ah, vol. 7, p. 227, "El Libro del Ayuno", capítulo sobre el mes de Ramadán, cap. 18, hadïth 20.

[8]- Reportó Yabar que Abú Ya'far, el Imäm Bäqir dijo: «El Mensajero de Dios volteó hacia las gentes y dijo: "¡Oh compañía  de gentes!, cuando aparece la luna creciente del mes de Ramadán, los demonios rebeldes son encerrados, y las puertas del Cielo, las puertas del Paraíso y las puertas de misericordia se abren, y las puertas al Fuego del Infierno son cerradas, y las plegarias son respondidas"», wasâ'il Ash-Shi‘ah, vol, 7, p. 224, sección 18, hadïth 14.

[9]- Sibghat Allâh, el "color de Dios" o "tinte de (parte de) Dios" [2:138] es lo opuesto al color de Satanás. [N. del T.: el color o tinte de Dios significa la marca por la que uno reconoce a las personas de Dios y las distingue de los pecadores. En el Sagrado Corán algunos traductores o han vertido al castellano u otros idiomas como "bautismo", ya que los antiguos cristianos árabes (y los cristianos árabes actuales) llaman al bautismo "sibghat", tinte, coloración, ya que solían poner hennah en el agua baptismal. Sin embargo el sentido que le da el Corán no tiene que ver con el bautismo, sino con marcar, distinguir, a los fieles, y lo que los distingue son sus acciones, su comportamiento. Y Dios sabe mejor que nadie su significado].

[10]- Abú Ya'far (el Imäm Bäqir) dijo que el Mensajero de Dios dijo: «¿Queréis que os diga acerca del creyente? El creyente es alguien a quien los creyentes confían sus vidas y sus porpiedades. ?Queréis que os diga acerca del musulmán? El musulmán es alguien de cuya lengua y mano los musulmanes están a salvo», Usul Al-Käfi, vol. 3, p. 331, capítulo de la Fe y la Infidelidad, los atributos del creyente, hadïth 19.

[11]- Por ejemplo: «Y di: "Actuad, para que Dios vea vuestra obra y (también) Su Profeta y los creyentes; y vosotros seréis regresados al Conocedor de lo invisible y lo Visible, y entonces él os informará acerca de los que solíais hacer» [9:105] También Abú Bsir reportó que el Imäm Sädiq dijo: «Las obras serán revisadas por el Mensajero de Dios, las obras de los siervos, cada mañana, las buenas y las malas, así que sed cautelosos. Esto es lo que dijo Dios, el Altísimo: «Actuad, para que Dios vea vuestra obra y (también) Su Profeta"», Al-Käfï, vol. 1, p. 318, el Libro del Argumento (Huÿÿah), capítulo sobre la presentación de las obras al Profeta y los Imämes, hadïth 1-6; Tafsïr Burhän, vol. 2, p. 157.

[12]- La Noche del Poder, o Laylat-ul-Qadr, es una noche hacia el final del Ramadán, en la cual fue revelado el Corán Profeta y que, según el Corán, es una noche mejor que 1,000 meses [97:1-5].

[13]- Furü'-al-Käfï, vol. 4, p. 63, el Libro del ayuno, capítulo sobre la gracia del ayuno y del que ayuna, hadïth 6.

[14]- Sahar s el período desde la primera luz de la aurora hasta la salida del sol

  

  

Los Velos del Hombre

La atención a otros aparte de Dios cubre al hombre con velos de obscuridad y luz. Si cualquier asunto mundano es causa de que la atención del hombre sea atraída hacia el mundo y descuide a (pensar en) Dios el Altísimo, pone velos obscuros.... Todos los mundos corpóreos son velos obscuros. Si el mundo es un medio para dirigir la atención de uno hacia la Verdad y para llegar a la morada del Más Allá, la cual es la "morada de honor", entonces los velos obscuros se transforman en velos de luz. «Estar perfectamente desprendido de todo lo demás» significa rasgar y hacer a un lado todos los velos obscuros y luminosos, hasta que uno pueda entrar a la casa de los huéspedes de Dios, la cual es la «fuente de grandeza». Por tanto, en esta invocación íntima (munaÿat) hay una petición a Dios el Altísimo pidiendo visión y brillo del corazón para que uno pueda rasgar los velos de luz y llegar a la fuente de la grandeza: «hasta que las visiones del corazón atraviesen las cortinas de luz y se adhieran a la Fuente de la Grandeza».

Sin embargo, alguien que aún no haya rasgado los velos de obscuridad, alguien que dirige toda su atención al mundo natural y, Dios no lo permita, se desvía de (su camino hacia) Dios, y alguien que está básicamente inconsiciente e indiferente al mundo del Más Allá y los mundos espirituales, y ha retrocedido al estado de la naturaleza, y nunca ha decidido refinarse, echar a andar sus poderes espirituales, hacer a un lado las curtinas de obscuridad que son una nube sobre su corazón, está enredado en "el más profundo de los abismos" [del Infierno], el cual es el velo extremo: «...pero luego lo hicimos regresar a lo más bajo de lo bajo...» [95:5], siendo que el Dios y Señor de los Mundos creó al hombre en el estado más excelso: «...ciertamente creamos al hombre en la más excelente de las formas» [95:4]. Si uno sigue los deseos del ego y desde el día en que se conoce no presta atención a otra cosa más que al desierto obscuro [95:4]. Si uno sigue los deseos del ego y desde el día en que se conoce no presta atención a otra cosa más que al desierto obs curo[1] y nunca piensa que aparte de este mundo obscuro y contaminado exista otro lugar y estación, entonces él se habrá sumido en el velo de obscuridad y se habrá convertido en un ejemplo de: «...pero se adhirió a la tierra [y colgó de ella] y siguió sus deseos bajos». [7:176]. Con un corazón así de contaminado por el pecado que ha sido cubierto por la cortina de obscuridad, y con un espíritu tan lúgubre que debido al efecto de numerosos pecados se ha alejado de Dios el Altísimo, esa adoración de los deseos y la búsqueda del mundo han cegado el intelecto y los ojos de la verdad, así que él no puede librarse de los velos de obscuridad, y mucho menos rasgar los velos de luz y desprenderse de todo excepto de Dios. El tipo más fuerte de fe que él pudiera tener sería no negar la posición de los santos (awliyâ') de Dios, y no considerar como mitos los mundos de barzakh, el sirät, la resurrección, la contabilidad de las obras, el Libro, el Cielo y el Infierno.[2] Debido a los efectos de los pecados y el apege del corazón a este mundo, uno llega poco a poco a negar estas verdades, a negar la posición de los santos (awliyâ') de Dios, posición que se menciona en no más de unas cuantas oraciones e invocaciónes íntimas.

Conocimiento y Fe

Algunas veces veis que uno tiene conocimiento de estas realidades pero no tiene fe. Los sepultureros no tienen miedo a los muertos, ya que ellos tienen certeza de que los muertos no pueden dañarlo a uno: si cuando estaban vivos y tenían un espíritu en el cuerpo, no eran dañinos, ¿qué daño pueden hacer ahora si son como recipientes vacíos? Sin embargo, aquéllos que temen a los muertos los temen porque no tienen fe en esta verdad. Rllos simplemente tienen conocimiento. Ellos saben acerca de Dios y el Día del Juicio, pero les falta la certeza. El corazón está inconsciente de lo que el intelecto ha entendido. Ellos conocen las pruebas de la existencia de Dios y de la realidad de la Resurreccioón, pero estas mismas pruebas intelectuales pueden ser velos que cubren el corazón y no permiten que la luz de la fe brille en él, sino hasta que dios el Altísimo los libere de las obscuridades y tinieblas y los conduzca a que entren en los mundos de luz y esplendor: «Dios es el Amigo benefactor de los que creen: Él los saca de las tinieblas hacia la luz» [2:257]. Aquél cuyo Guardián y Benefactor es Dios, el Bendito y Exaltado, y que es sacado por Él de las tinieblas, nunca comete otro pecado, nunca habla mal del ausente, nunca calumnia a los demás, y nunca es envidioso ni vengativo de sus hermanos en religión. Su propio corazón está lleno de un sentimiento de luminosidad y ya no tiene al mundo - ni a lo que éste contiene - en gran estima. Como dijo el Imäm Alí: «Si todo el mundo y lo que él contiene me fueran ofrecidos para que cruel e injustamente me apoderara del pedacito de salvado de cebada que una hormiga llevara en su boca, yo nunca loaceptaría».[3] Pero algunos de vosotros pisoteáis todo, y habláis mal de los grandes [sabios] del Islam. Si otros hablan mal de los abarroteros y los vendedores de perfume en la calle y los calumnian, por vuestra parte algunos de vosotros relatáis cosas injustsas, insultáis y sois descarados hacia los sabios del Islam, porque no estáis firme mente establecidos en la fe y no creéis en la retribución [divina] a vuestras acciones...

La infalibilidad (ismat) no es otra cosa sino fe perfecta. El significado de la impecabilidad de los profetas y del los amigos de Dios (awliyâ') no es que, por ejemplo, Gabriel los haya tomado de la mano. Por supuesto, si Gabriel hubiera cogido la mano de Ximr,[4] éste nunca habría cometido pecado alguno. Sin embargo, la impecabilidad es el resultado de la fe. Si un hombre tuviera fe en Dios el Altísimo, y si él viera a Dios Todopoderoso con los ojos de su corazón tal como uno vé al sol, no sería posible que él cometiera un pecado, justo como si él estuviera parado ante una potencia armada, él hallaria alguna "impecabilidad". Este temor viene de creer en la Presencia [divina], la cual evita al hombre que cometa pecados. Los Infalibles o Impecables (ma'sümín) después de ser creados de barro puro, debido a los efectos de su disciplina espiritual, y la adquisición de radiancia y características morales virtuosas, siempre se vén a sí mismos como ante la Presencia de Dios, Quien conoce todas las cosas y abarca todos los asuntos. Ellos tienen fe en el significado de las palabras Lä iläha illä Allâh (no hay dios excepto Dios), y ellos creen que todos aparte de Dios, todas las personas y todas las cosas, están pereciendo y no tienen participación alguna en determinar el destino del hombre: «Todas las cosas perecen excepto Su Faz (Presencia)» [28:88]. Si el hombre tiene certeza y fe en que todos los mundos externos e internos están en Presencia de Dios, y que Dios, el Altísimo, está presente en todo lugar y vé todo, en la Presencia de Dios y con las Bendiciones de Dios, no hay posibilidad de cometer pecados. El hombre no es capaz de cometer pecados ante un niño en edad de razón y no se expone desnudo, entonces ?cómo puede hacerlo ante Dios, el Altísimo, y no teme cometer un crimen? Esto es porque él tiene fe en la presencia del niño, sin embargo, en cuanto a la Presencia Divina, aunque tenga conocimiento, todavía carece de fe. Debido a la multitud de sus pecados que han ennegrecido y obscurecido su corazón, él es totalmente incapaz de aceptardichas verdades, y puede que ni siquiera las considere posibles.

Realmente, el hombre no correría salvajemente y audazmente si al menos considerara posible - no es necesario que tenga certeza que lo que dice el Sagrado Corán sea correcto, las promesas y las amenzas, y que él debería enmendar sus métodos y sus acciones. Si vosotros consideráis aunque sea posible que las bestias feroces que se encuentran a lo largo del camino pudieran lastimaros, o que hay bandidos armados que pudieran asaltaros, vosotros os abstendríais de tomar ese camino, y trataríais de verificar lo cierto o lo falso de estas noticias. ¿Es posible para alguien considerar que es posible que el Infierno exista y que uno pueda permanecer para siempre en su fuego, y al mismo tiempo cometer pecados? ¿Puede decirse que alguien que considera que Dios Todopoderoso está presente y vigilante, y que considera posible que haya retribución por sus palabras y sus acciones, un recuento y un castigo, y que en este mundo cada palabra que él dice, cada paso que toma, cada acto que hace, son registrados por los ángeles de Dios llamados Raqïb y 'Atïd,[5] - y ellos registran cuidadosamente todas sus palabras y obras - no tenga temor alguno por sus propios pecados? Es doloroso darse cuenta de que ellos ni siquiera consideran que estas verdades sean posibles. Por la manera de actuar de algunos y su forma de vida, es obvio que ellos ni siquiera consideran la existencia de un mundo sobrenatural, ya que la mera consideración de esta posibilidad mantiene alejado al hombre de cometer muchos errores.


[1]- El Imäm usa la expresión "alam Zulumani tabi'at", literalmente el mundo obscuro de la naturaleza, pero aquí, por naturaleza no se refiere a todas las cosas naturales, lo contrario de artificia les, sino a lo vil y 'en bruto".

[2]- N. del T.: barzakh es el mundo intermedio entre la muerte y la resurrección; sirät es el camino estrecho flanqueado por precipicios, por el cual deberá uno pasar antes de presentarse ante Dios para ser juzgado por Él; el Libro es el que usan los ángeles guardianes del hombre para anotar todas sus acciones, buenas o malas.

[3]- «¡Por Dios!, si los siete climas y lo que hay bajo sus cielos me fueran ofrecidos para que peque contra Dios quitándole a una hormiga la piel de un grano de cebada, yo no lo haría». Nahÿ-ul-Baläghah, sermón 215.

[4]- N. del T.: Shimr ibn Dhïl-Yawshán, que Dios lo maldiga, fue el asesino del Imäm Husayn.

[5]- «Él no pronuncia ni una palabra sin que haya junto él un vigilante atento (reqïbun 'atïdun)» [50

       

El Primer Paso del Refinamiento

¿Cuánto tiempo deseáis permanecer en el letargo de la negligencia, hundidos en la corrupción? ¡Temed a Dios! ¡Cuidáos de las consecuencias de vuestras acciones! ¡ Despertad del sueño de la negligencia! Vosotros no habéis despertado todavía. Vosotros todavía no habéis dado el primer paso. El primer paso hacia estar alerta es despertar (yaqzah), pero vosotros todavía estáis dormidos. Puede que vuestros ojos estén abiertos, pero vuestros corazones están dormidos. Si vuestros corazones no estuvieran tan somnolientos y oxidados y ennegrecdos por los efectos del pecado, vosotros no continuaríais vuestras acciones y palabras indebidas tan descuidada e indiferentemente. Si pensaseis un poquito acerca de los asuntos del Más Allá y su terrible camino, vosotros daríais más importancia a los deberes y responsabilidades pesados que yacen sobre vuestros hombros.

Hay también otro mundo para vosotros, también está la resurrección. (Vosotros no sois como otros seres para los cuales no hay retorno). ¿Por qué no hacéis caso a la advertencia? ¿Por qué no estáis despiertos y consientes? ¿Por que os dedicáis tan descuidadamente a calumniar y a hablar mal de vuestros hermanos musulmanes, o a escuchar esas cosas? ¿No sabéis que la lengua que se mueve para la maledicencia será pisoteada por los pies de los demás en el Día de la Resurrección? ¿Habéis oido que el hablar mal del ausente será alimento para los perros del infierno?[1] ¿Nunca os habéis puesto a pensar en qué malas son las consecuencias de estas diferencias, enemistades, celos, cinismo y egoísmo, arrogancia y presunción? ¿Sabéis que la repercusión de estas malvadas acciones prohibidas es el Infierno y que es posible - Dios no lo permita - que ellas conduzcan hacia el Fuego eterno?

Dios no queiere que el hombre sea afligido con enfermedades no acompañadas de dolor, porque cuando una enfermedad va acompañado de dolor, hace que el hombre busque una cura, consulte a un doctor o vaya a un hospital, pero una enfermedad que no se siente, sin dolor, es más peligrosa. Para el tiempo en que uno se dé cuenta de ella, es demasiado tarde. Si las enfermedades mentales fueran acompañadas de dolor, esto sería algo por lo que uno debería estar agradecido. El hombre se vería forzado a buscar una cura o un remedio. ¿Pero qué puede hacerse con esas enfermedades peligrosas que no conllevan dolor? Las enfermedades de la arrogancia y el egoísmo son sin dolor. Otros pecados corrompen el corazón y el espíritu sin causar dolor alguno. ¡Las reuniones y sesiones de chismorreo son muy cálidas y agradables! El amor al ego y el amor al mundo, que son las raíces de todos los pecados, son placenteros.[2] Alguien que está afectado de hidropesía puede morir por el agua, pero aún disfruta debiéndola hasta su último aliento.[3] Naturalmente, si uno siente placer con una enfermedad, y tampoco tiene dolor, uno no buscará una cura para ella. Por más que lo prevengan contra ella diciéndole que es fatal, él no lo creerá. Si alguien es afligido por la enfermedad del hedonismo y de la adoración al mundo, y su corazón está lleno de amor al mundo, él se volverá indiferente a todo excepto al mundo y lo que hay en él. Dios no lo permita, él se convertirá en un enemigo de Dios, de los siervos de Dios, los profetas de Dios, los santos y los ángeles de Dios. Él tendrá un sentimiento de odio y aborrecimiento hacia ellos, y cuando los ángeles vengan a la Orden de Dios el Altísimo a llevarse su alma, él tendrá un sentimiento de repulsión y repugnancia, ya que él verá que Dios y los ángeles de Dios quieren separarlo de su amado (el mundo y las cosas mundanas).

Es posible que él deje el mundo con hostilidad y enemistad hacia la presencia de la Verdad Suprema (Dios). Uno de los grandes hombres de Qazwín, que Dios tenga misericordia de él, reportó que él estaba presente junto al lecho de muerte de alguien. Durante los últimos instantes de su vida, el agonizante abrió los ojos y dijo: «¡La opresión con la que Dios me ha afligido, nadie me la ha infligido! Ahora Dios quiere separarme de estos hijos a quienes yo crié con tantos trabajos. ¿Hay mayor opresión que ésta?». Si uno no se ha refinado, y no ha dado la espalda al mundo, y no ha expulsado de su corazón el amor al mundo, hay peligro de que muera con su corazón desbordante de odio e ira contra Dios y Sus santos. Él tendrá que enfrentarse a un destino ominoso. ¿Debe considerarse a un hombre así como la cumbre de la creación o como la más vil de las creaturas? «Juro por la tarde (el Tiempo) que el hombre está en un estado de pérdida, excepto aquéllos que creen y hacen bue nas obras, y se exhortan entre ellos a la Verdad y al cumplimiento del deber, y se exhortan entre ellos a tener paciencia» [103:1-3]. En esta sura, las únicas excepciones son los creyentes que realizan buenas obras. Y una buena obra es una acción que es congruente con el espíritu. Sin embargo, vosotros vies que muchas de las obras del hombre sólo son congruentes con el cuerpo. «Exhortar» tampoco se practica. Si vosotros estáis dominados por el amor al mundo y el amor al ego, y si esto os impide efectuar buenas obras únicamente por Dios, y si os impide exhortar a la verdad y exhortar a la paciencia, y así el camino a la guía os es cortado, entonces estaréis perdidos. Vosotros estaréis perdidos en este mundo y en el Más Allá, ya que vosotros habréis desperdiciado vuestra juventud y os serán prohibidas las bendiciones del cielo y las ventajas del otro mundo, y tampoco tendréis las de éste. Si otros no tienen camino al Cielo, y si las puertas de la Misericordia divina están cerradas para ellos, y si ellos han de vivir eternamente en el Fuego del Infierno, al menos ellos habrán tenido este mundo, habrán disfrutado de las ventajas mundanas, pero vosotros....

Tened cuidado, o de lo contrario el amor al mundo y el amor al ego poco a poco se incrementarán dentro de vosotros, hasta el punto que Satanás sea capaz de arrebataros vuestra fe. Se dice que todos los esfuerzos de Satanás son con el fin de robar la fe.[4] Todos sus trabajos y esfuerzos, día y noche, son para quitarle al hombre su fe. Nadie os ha dado un documento que garantice vuestra fe. Quizás la fe de uno sea sólamente un préstamo (mustawda'),[5] y al final Satanás la obtendrá, y vosotros dejaréis este mundo con enemistad hacia Dios el Bendito y Exaltado y hacia Sus santos. Quizás alguien que haya disfrutado una vida entera de Bendiciones divinas, al final rinda su vida sin fe y en enemistad hacia el Dador de Bendiciones.

Si tenéis interés en el mundo, relación con él y afecto hacia él, tratad de cortarlos por completo. Este mundo, con todo su esplendor y brillo superficiales, es demasiado insignificante como para ser digno de amor, especialmente paraalguien que se ha desprendido de esas superficialidades de la vida. ¿Qué tenéis de este mundo para que vuestro corazón se apegue a él? No tenéis otra cosa sino la mezquita, el oratorio,[6] la escuela teológica, el rincón de un cuarto. ¿Es propio de vosotros competir por la mezquita y el mihräb (oratorio)?

¿Debería esto ser causa de discordia entre vosotros, corromper a la sociedad? Suponed que, como las gentes mundanas, vosotros tuvieseis una vida cómoda y lujosa, y que - Dios no lo permita vosotros pasáis vuestra vida en banquetes y en bebida. Después de terminada vuestra vida, vosotros veríais que vuestra vida pasó como un sueño agradable, pero la retribución y la responsabilidad por ella estará siempre con vosotros. ¿Qué valor tiene esta vida pasajera y aparentemente dulce (suponiendo que es muy dulce) en comparación con un castigo sin fin? El castigo de las gentes mundanas es algunas veces infinito. Las gentes mundanas que imaginan que han ganado elmundo y se han beneficiado de sus ventajas y premios, están equivocados y perdidos. Todos ven al mndo desde la ventana de su ambiente y su situación propios, e imaginan que el mundoes exactamente lo que ellos tienen. El mundo físico es más amplio que lo que el hombre imagina que ha adquirido, descubierto y por donde él anda. Se ha narrado acerca de este mundo con todos sus medios y formas que: «Él (Dios) nunca lo ha mirado con agrado».[7] Así que, ¿cómo debe ser el otro mundo, al cual Dios el Altísimo mira con agrado y gentileza? ¿Cuál es la Fuente de la Grandeza hacia la cual se llama al hombre y cómo es? El hombre es demasiado bajo como para comprender la Fuente de la Grandeza.

 

Si vosotros purificáis vuestras intenciones, rectificáis vuestras acciones, expulsáis de vuestros corazones el amor al ego y a la posición, una alta estación será preparada para vosotros. El mundo entero, y todo lo que existe en él junto con sus aspectos superficiales, no vale ni siquiera un centavo en comparación con la posición preparada para los siervos justos de Dios. Tratad de alcanzar esta posición elevada. Si podéis, tratad de hacer algo de vosotros mismos y de mejoraros para que no le prestéis atención ni siquiera a esta posición elevada. No adoréis a Dios para alcanzar esta posición, sino mejor invocádlo y postráos con vuestra frente sobre el suelo ante Él porque Él es Digno de adoración y es el Todopoderoso.[8] En ese caso habréis desgarrado las cortinas de luz y habréis alcanzado la Fuente de la Grandeza. ¿Podéis alcanzar esa posicion con estas acciones y obras que realizáis? ¿Puede alcanzarse esto por el camino que andáis? ¿Es fácil salvarse del castigo divino y escapar del tormento terrible y el Fuego del Infierno? ¿Imagináis que el llanto de los santos Imämes y las lágrimas del Imäm Saÿÿad eran una enseñanza, y que ellos querían enséñar a los demás cómo llorar? ¡Con toda la espiritualidad y la posición elevada que tenían, ellos lloraban de temor a Dios! Ellos entendieron qué difícil y peligroso es avanzar por el camino ante ellos. Ellos estaban conscientes de las dificultades, penurias y problemas al cruzar el sirät, que tiene a este mundo en un extremo y al Más Allá en el otro extremo y pasa por encima del Infierno. Ellos estaban conscientes de los mundos de la tumba, del barzakh y de la resurrección, y de sus terribles torturas, y por tanto ellos nunca se contentaban (con lo que hacían) y siempre buscaban refugio en Dios contra los castigos intensos del otro mundo.

¿Qué pensamiento habéis dado a estos tormentos terribles y devastadores, y qué habéis encontrado para salvaros de ellos? ¿Cuándo vais a decidir reformaros y refinaros? Ahora, cuando vosotros sois jóvenes, y tenéis la fuerza de la juventud, y tenéis dominio de vuestras facultades, y la debilidad física no os ha rebasado, si no pensáis en el refinamiento y en hacer algo de vosotros mismos, entonces ¿cómo podréis hacerlo cuando os hayáis vuelto viejos, cuando vuestros cuerpos y almas estén en las garras de la debilidad y la senilidad, y hayáis perdido vuestra fuerza de voluntad, vuestra decisión y vuestra resistencia, y cuando la carga de vuestros pecados haya ennegrecido vuestros corazones? Con cada aliento que tomáis y cada paso que dais, y con cada momento que pasa de vuestra vida, la reforma se vuelve más difícil, y la obscuridad y la corrupción pueden incrementarse. Entre más avanza la edad de uno, más se multiplican las cosas que están en conflicto con la felicidad humana, y más se debilitan las fuerzas de uno. Así, cuando llega la vejez, es difícil tener éxito en refinarse y en adquirir virtudes y piedad (taqwà). Uno es incapaz de arrepentirse, ya que el arrepentimiento no es simplemente la repetición verbal de «Me arrepiento ante Dios», sino más bien se necesitan la contrición y la resolución de abandonar los pecados de uno.[9] Dicha contrición y resolución no van a ser logradas por alguien que se ha dedicado a calumniar y mentir por 50 ó 70 años, cuya barba se ha vuelto blanca con el pecado y la transgresión. Dicha persona está afligida de pecado hasta el final de su vida.

Los jóvenes no deberían sentarse hasta que el polvo de la edad los vuelva grises. (Yo he llegado a la vejez y estoy consciente de sus infortunios y dificultades). Mientras vosotros sois jóvenes, sois capaces de lograr algo. Mientras gozáis de la fuerza y la determinación de la juventud podéis expulsar los deseos egoístas. Sin embargo, si no pensáis en reformaros y hacer algo de vosotros mismos mientras todavía sois jóvenes, será demasiado tarde cuando hayáis envejecido. Pensad mientras todavía sois jóvenes, antes de que os volváis viejos y cansados. Un corazón joven es sutil y celestial, y dentro de él la motivación para la corrupción está débil. Sin embargo, entre más viejo se vuelve uno, más fuerte y más firme es la fuente de pecado implantada en el corazón, hasta que no puede arrancarse de raíz, como se reporta: «El corazón del hombre es claro y brillante como un espejo. Con cada pecado que el hombre comete, otra marca negra se añade al corazón, hasta que se vuelve negro, y entonces es imposible que pasen una noche y un día sin cometer un pecado contra el Señor».[10]

Cuandollega la vejez, es difícil regresar el corazón de uno a su forma y estado originales. Si, Dios no lo permita, vosotros no os habéis reformado cuando dejéis el mundo, ¿en qué forma esperáis encontraros con Dios, si vuestro corazón está negro y vuestros ojos, oídos ylengua están contaminados por los pecados? ¿Cómo podéis devolver lo que Dios os confió si lo habéis vuelto contaminado y malvado, siendo que Él os lo entregó en perfecta limpieza y pureza? Estos ojos y oídos que están bajo vuestro control, esta mano y esta lengua que están a vuestra órdenes, estos órganos y miembros con los que vivís, todos os han sido encargados por Dios Todopoderoso paracuidarlos, y os fueron entregados en pureza y rectitud perfectos. Si están afectados con pecados, ellos se contaminan. Si, Dios no lo permita, ellos se contaminan con lo que está prohibido, resulta la maldad. Cuando llegue el momento de devolver este encargo, es posible que os pregunten si ésta es la forma correcta de proteger el depósito que os fue dado. Cuando el encargo fue puesto bajo vuestro control, ¿estaba así? ¿Estaba así el corazón que os fue dado? ¿Estaban así los ojos que os fueron otorgados? ¿Estaban contaminados y sucios los miembros y órganos que fueron puestos a vuestro cuidado? ¿Cuál será vuestra respuesta estas preguntas? ¿Cómo os presentaréis ante Dios cuando habéis cometido esa traición con respecto a lo que os había sido confiado?

Vosotros sois jóvenes. Vosotros habéis pasado vuestra juventud en una forma tal que, desde un punto de vista mundano, habéis dejado muchos beneficios. Si usáis este tiempo valioso y la fuente de vuestra juventud en el Camino de Dios y con un propósito sagrado específico, entonces no ha sido desperdiciada, sino más bien este mundo y el próximo han sido destinados para vosotros. Sin embargo, si vuestro comportamiento es tal como actualmente se vé, entonces habéis malgastado vuestra juventud y lo mejor de vuestra vida habrá pasado en vano. En otras palabras, ante Dios, vosotros seréis interrogados y reprendidos, mientras que el castigo a vuestras acciones y actos pérfidos no se limitará sólo al otro mundo. En este mundo también, varias dificultades, calamidades y problemas severos os cogerán por el cuello, y caeréis en el remolino de la desgracia y el desastre.


[1]- En el consejo dado por el Comandantede los Creyentes (el Imäm Alí) a Nuf Al-Bakali está: «Manténte alejado de hablar mal de los demás ya que ello es comida para los perros del Infierno», Wasâ'il Ash-Shi‘ah, vol. 8, p. 600, el Libro del Haÿÿ, cap. 152, hadïth 16.

[2]- Se narra que Abú Abdillâh (el Imäm Ya'far As-Sädiq) dijo: «La cabeza de todos los pecados es el amor al mundo», Usul Al-Käfï, vol. 4, p. 2, El Libro de la Fe y la Infidelidad, capítulo acerca del mundo y la ambición por él, hadïth 1; Usu al Käfï, vol. 3, 197, capítulo sobre derogar el mundo y el ascetismo, hadïth 11; Bihär-ul-Anwär, vol. 70, p. 1, vol. 74, p. 178.

[3]- Uno de los síntomas de la hidropesía es una sed incontrolable. En árabe la enfermedad se llama istisqa'y el enfermo se llama mustasqa.

[4]- «Dijo (Iblís): «Ya que Tú me has hecho quedad sin esperanzas, yo ciertamente los acecharé sobre Tu Camino Recto» [7: 16]. En la interpretación de Alí ibn Ibrahim, acerca de este verso, podemos leer: «Si las gentes recorren el camino de la Guía, Satanás trata de hacerlos que dejen el sendero de la Religión», Tafsïr, Alí ibn Ibrahim, vol. 1, p. 224; Tafsïr Burhán, vol. 2, p. 5.

[5]- En una narración de Ahl-ul-Bayt, acerca del verso 6:98, sobre la frase «un lugar de descanso y un depósito», se dice que la fe de los individuos puede dividirse en dos clases: fija prestada. Como en la narración transitida por Mohammad ibn Al-Fudayl de Musà ibn Ya'far, que dijo: «La fe que está en un lugar de descanso estará fija hasta el Día de la Resurrección. La fe que está en un depósito será tomada por Dios antes de la muerte», Tafsïr Ayashï, vol. 1, p. 401. En Nahÿ-ul-Baläghah también se lee. «Un tipo de fe está fijo en el corazón, y otro tipo está en los corazones en calidad de préstamo hasta la hora de la muerte» (sermón 23).

[6]- Mihräb, nicho en la pared donde el imäm de la mezquita se para a rezar para dirigir a los fieles en el rezo.

[7]- El texto completo de la tradición es: «¡Por Dios, el Glorioso y Exaltado!, el mundo no tiene valor; y entre las creaturas que conocemos y que Dios ha creado, no hay existencia más despreciable para Él que el mundo, y desde el tiempo cuando Él creó al mundo, Dios nunca lo ha mirado con agrado», Bihär-ul-Anwär, vol. 70, p. 110, El Libro de la Fe y la Infidelidad, cap, 122, hadïth 109.

[8]- El Imäm Sädiq dijo: «La adoración es de tres tipos: un grupo adora a Dios por temor, ésta es la adoración de los sirvientes; otro grupo adora a Dios para obtener una recompensa, ésta es la adoración de los empleados alquilados; y el tercer grupo adora a Dios, el Altísimo y Santísimo, por amor, y ésta es la adoración de los libres», Wasâ'il Ash-Shi‘ah, vol. 1, p 45, El Libro de la Introducción a la Adoración, cap. 9, hadïth 1; Usul Al-Käfï, vol. 3, p. 131, El Libro de la Fe y la Infidelidad, capítulo sobre la adoración, hadïth 5.

[9]- Sen narra que el Imäm Alí dijo: «En verdad, pedir perdón es un grado de los Illiyyïn y es una palabra que significa seis cosas: la segunda es resolver no regresar jamás a esa maldad...», Nahÿ-ul-Baläghah, p. 1281; Hikmat, 409. Para más información, se refiere al lector a Cuarenta Dichos: Una Exposición, por Imäm Khomeini hadïth 17, traducido en la revista Al-Tawhïd, vol. VII, No 2, pp. 39-52. [N.B.: Los 'illiyyín son aquéllos que habitan las alturas más elevadas de los cielos, cf. 83: 17].

[10]- El Imäm Bäqir dijo: «No hay siervo que no tenga un punto blanco en su corazón. Cuando se comete un pecado, aparece un punto negro sobre él. Luego, si se arrepiente, esta negrura cesa; pero si continúa pecando, la negrura se incrementa, hasta que cubre a lo blanco. Cuando lo blanco es cubierto, alguien con un corazón así nunca podrá regresar a la excelencia y la bondad», Usul Al-Käfï, vol. 3, p. 274, El Libro de la Fe y la Infidelidad, capítulo sobre los pecados, hadïth 20.

 

Otra Advertencia

Vuestro futuro es obscuro: numerosos enemigos os rodean por todos lados y de todos los niveles; hay planes peligrosos y maliciosos listos para ser ejecutados para destruiros a vosotros y a las escuelas teológicas. Los colonialistas sueñan en lo que os harán; ellos tienen sueños profundos acerca de lo que harán con el Islam y los musulmanes. Con la excusa del Islam, ellos os han preparado planes peligrosos. Sólo a la sombra del refinamiento, la preparación y el arreglo y orden adecuados seréis capaces de repeler esta corrupción y estas dificultades, y frustrar los planes de los colonialistas. Yo estoy viviendo los últimos días de mi vida. Tarde o temprano os dejaré. Pero veo ante mí días negros y obscuros para vosotros. Si vosotros no os reformáis y preparáis, y si no conducís vuestros estudias y vuestras vidas con orden y disciplina, entonces - Dios no lo permita - estaréis condenados a la aniquilación. Antes de que perdáis la oportunidad, antes de que caigáis en las manos del enemigo con respecto a todo asunto religioso e intelectual, ¡pensad! ¡Despertad! ¡Levantáos! La primera etapa es decidir refinar y purificar vuestras almas y reformaros a vosotros mismos. Preparáos y organizáos. Estableced algún orden y disciplina en las escuelas teológicas. No dejéis que otros tomen las riendas de las escuelas teológicas con la excusa de que "estas personas no son capaces de ello, no es su tipo de trabajo, son sólo un grupo de perezosos que se han reunido en las escuelas teológicas", y entonces, en el nombre de la organización y la reforma, echen a perder las escuelas teológicas y os tomen bajo su control. No les deis un pretexto. Si sois organizados y purificados, y si en todo aspecto estáis bien ordenados y arreglados, otros no podrán aspirar a controlaros. No habrá entonces camino para penetrar en las escuelas teológicas y en la comunidad de eruditos religiosos. Preparáos y purificáos. Alistáos a evitar la maldad con la que os enfrentaréis. Preparad vuestras escuelas teológicas para la resistencia contra los eventos que están por venir.

Dios no lo permita, hay días negros frente a nosotros. Las condiciones están maduras para que vengan días negros. Los colonia listas quieren destruír todos los aspectos del Islam y vosotros debéis manteneros de pie contra ellos. Con el amor al ego y a la posición, con la arrogancia y el orgullo, no podéis oponer resistencia alguna. Un erudito malvado, un sabio que se inclina hacia el mundo, un erudito que piensa en conservar su posición y su puesto administrativo, no podrá combatir a los enemigos del Islam. Él será más dañino que los otros. Dad un paso por la causa de Dios. Despejad de vuestro corazón el amor al mundo. Entonces podréis dedicaros al combate. Desde este momento en adelante, desarrollad y criad este punto de vuestro corazón: «debo ser un soldado armado del Islam, y sacrificarme por el Islam; debo trabajar por el Islam hasta que yo sea destruído". No os pongáis la excusa de que hoy no es el momento adecuado. Tratad de ser útiles para el futuro del Islam. En resumen, ¡sed seres humanos! Los colonialistas temen a los seres humanos. Ellos temen al hombre. Los colonialistas, que quieren saquear todo lo que tenemos, no permitirán la educación de seres humanos en las universidades religiosas. Ellos temen al hombre. Si se halla a un hombre en un país, ello los molesta, y pone en peligro a sus intereses.

Es vuestro deber hacer algo de vosotros, volveros hombres perfectos, y manteneros de pie contra los planes viciosos de los enemigos del Islam. Si no estáis organizados y preparados, si no combatís y resistís los latigazos que azotan todos los días al cuerpo del Islam, no sólo vosotros seréis destruídos, sino que también los preceptos y las leyes del Islam serán destruídos, y vosotros seréis responsables. ¡Vosotros, ulamâ! ¡Vosotros, eruditos! ¡Vosotros, musulmanes! Vosotros seréis responsables. Primero vosotros, ulamâ' y estudiantes de teología, y luego el resto de los musulmanes, seréis responsables: «Todos vosotros sois pastores y todos sois responsables por vuestro rebaño».[1]Vosotros los jóvenes debéis fortalecer vuestra voluntad para que podáis plantaros contra la opresión y la injusticia. Aparte de esto no hay alternativa; vuestra dignidad, la dignidad del Islam y la dignidad de los países Islámicos dependen de vuestra resistencia y oposición.

¡Dios Todopoderoso!, proteje al Islam, a los musulmanes y a los países Islámicos contra los males externos. Corta las manos de los colonialistas y de los traidores al Islam en los píses Islámicos y en las escuelas teológicas. Concede éxito y ayuda a los 'ulamâ' Islámicos y a los grandes marÿa[2] en su defensa de las leyes sagradas del Glorioso Corán y en su avance de los santos ideales del Islam. Haz que los eruditos Islámicos estén conscientes de sus pesados deberes e importantes responsabilidades en la época actual. Protege y mantén a salvo a las escuelas teológicas y los centros de estudio de jurisprudencia, contra el pillaje y la influencia de los enemigos del Islam y las manos de los colonialistas. Concede el éxito de hacer algo de ellos mismos y de purificar y refinar las almas de la generación joven de eruditos y estudiantes universitarios y la comunidad musulmana entera. Libera a las gentes del Islam del letargo de la negligencia, de la debilidad, la apatía y la inflexibilidad de ideas, para que con las brillantes enseñanzas del Corán ellos vengan a sí mismos, se levanten, y a la sombra de la Unidad y la Unicidad (de Dios) ellos puedan cortar las manos de los enemigos acérrimos del Islam en los países Islámicos, y puedan recuperar su libertad, independencia, nobleza y grandeza que han perdido. «¡Séñor nuestro!, haz llover sobre nosotros la paciencia y establece nuestros pies firmemente y ayúdanos contra las gentes infieles» [2:250].


 

En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

***

La tnvocación tntima y Suspirada del mes de Sha’bán

***

¡Oh Dios! bendice a Muhammad y a los descendientes de Muhammad,

***

y escucha mi súplica cuando Te invoco,

***

y atiende a mi llamado cuando Te llamo,

***

y voltea hacia mí cuando Te susurro mi invocación.

***

Pues en verdad he huído hacia Ti,

***

y estoy parado ante Ti,

***

implorándote en humildad

***

en espera de lo que Tú tienes como recompensa para mí.

***

Tú sabes lo que hay en mi alma,

***

y estás enterado de mi necesidad,

***

y conoces mis pensamientos,

***

y nada de mi regresar y de mi destino está oculto para Ti;

***

ni lo que yo inento empezar a decir,

***

ni la petición que yo pronuncie,

***

ni las esperanzas que yo tenga para el Más Allá.

***

¡ Oh Señor!, cualquier cosa que hayas destinado para mí hasta el fin de mi vida.

***

concerniente a los aspectos secretos y públicos de mi vida,

***

está en Tu Mano y no en la mano de alguien más:

***

mi abundancia y mi deficiencia,

***

mi beneficio y mi daño.

***

¡Dios Mío!, si Tú me deprivas,

***

¿quién me proverá?,

***

y si Tú me abandonas,

***

¿quién me ayudará?

***

¡Dios Mío!, busco refugio en Ti en contra de Tu Ira,

***

y contra la llegada de Tu Indignación.

***

¡Dios Mío!, si soy indigno de Tu Misericordia,

***

pero Tú ciertamente eres Digno de mostrar Generosidad hacia mí por virtud de Tu Gracia.

***

¡Dios Mío!, es como si yo estuviera parado ante Ti,

***

y estuviera a la sombra de mi confianza en Ti,

***

y entonces Tú dijeras aquello de lo que eres Digno,

***

y me cubrieras con Tu Perdón.

***

¡Dios Mío!, si Tú me perdonas, entonces ¿quién tiene más autoridad sobre mí que Tú?,

***

y si el momento de mi muerte se acerca,

***

pero mis obras aún no me han acercado a Ti,

***

entonces hago esta confesión de mis pecados (para que sea como) el vehículo de mis (acciones).

***

¡Dios Mío!, he fallado completamente en vigilar mi alma,

***

así que ella está condenada si Tú no la perdonas.

***

¡Dios Mío!, Tu Favor ha sido constante a lo largo de los días de mi vida,

por tanto, ¡no cortes Tu Favor hacia mí en el momento de mi muerte!

¡Dios Mío!, ¿cómo puedo perder la esperanza en que Tú cuidarás de mí después de mi muerte,

***

si Tú no obraste en mi vida sino sólo cosas hermosas?

***

¡Dios Mío!, trata mi caso como sea digno de Ti,

***

y concede Tu Gracia a un pecador atrapado en su propia ignorancia.

***

¡Dios Mío!, Tú has ocultado mis pecados en este mundo,

***

pero yo estoy más necesitado de que sean ocultados en el Más Allá.

***

Así como Tú no has expuesto mis pecados ante ninguno de Tus siervos justos,

***

no me avergúences en el Día de la Resurrección ante todos.

***

¡Dios Mío!, Tu Generosidad ha hecho que mis esperanzas se ensanchen,

***

pero Tu Perdón es superior a mis obras.

***

¡Dios Mío!, deléitame con Tu Presencia en día cuando juzgues a Tus siervos.

***

¡Dios Mío!, la disculpa que presento ante Ti es la disculpa de aquél que no puede darse el lujo.

***

de que su disculpa no sea aceptada;

***

por tanto, acepta mi disculpa, joh más Generoso de aquéllos a quienes los pecadores presentan sus excusas!

***

¡Dios Mío!, no rechaces mi necesidad,

***

ni me decepciones en lo que anhelo,

***

ni me cortes mis aspiraciones y esperanzas en Ti.

***

¡Dios Mío!, si Tú hubieras querido degradarme,

***

no me habrías guiado;

***

y si Tú hubieras querido avergonzarme,

***

no me habrías mantenido sano y salvo.

***

¡Dios Mío!, yo no pienso que Tú te negarías a ayudarme en esta necesidad,

***

en cuya petición he pasado mi vida.

***

¡Dios Mío!, por tanto, Tuya es toda la Alabanza,

***

siempre, siempre y para siempre, eternamente,

***

siempre en aumento, nunca disminuyendo,

***

como quieras y gustes.

***

¡Dios Mío!, si Tú me tomas en cuenta mis crímenes,

***

yo me asiré de Tu Perdón;

***

y si me tomas en cuenta mis pecados,

***

yo me asiré de Tu Magnanimidad;

***

y si Tú me arrojas al Fuego del Infierno,

***

yo les anunciaré a las gentes que lo habitan que yo Te amo.

***

¡Dios Mío!, si mis obras de obediencia a Ti son muy pocas y pequeñas,

***

en cambio abundan mis aspiraciones y mis esperanzas en Ti.

***

¡Dios Mío!, ¿cómo puedo retirarme de ti fracasado, angustiado,

***

siendo que tengo una opinión tan buena de Tu Generosidad de que Tú no me dejarías sin esperanza de salvación?

***

¡Dios Mío!, he malgastado mi vida en la maldad de no dedicarte mi atención,

y he desperdiciado mi juventud en la embriaguez de alejarme de Ti.

***

¡Dios Mío!, yo no desperté cuando estaba engañado acerca de Ti,

 

y me inclinaba hacia el camino de Tu Ira.

***

¡Dios Mío!, yo soy Tu siervo, e hijo de Tu siervo,

***

parado ante Ti,

***

tratando de usar Tu Generosidad como un medio hacia Ti.

***

¡Dios Mío!, yo soy un sirviente que quiere disculparse ante Ti

***

por lo que hice ante Ti

***

porque no tuve vergüenza de ser observado por Ti,

***

y solicito Tu Perdón,

***

ya que el Perdón es una característica de Tu Generosidad.

***

¡Dios Mío!, no fui suficientemente fuerte para alejarme de desobedecerte,

***

sino hasta que me despertaste a Tu Amor,

***

y fui como quisiste que fuera,

***

así que te agradecí por traerme a Tu Generosidad

***

y por purificar mi corazón

***

de la suciedad de la negligencia a (Tus Ordenes).

***

¡Dios Mío!, mírame como a uno al que llamaste

***

y respondió a Tu llamado,

***

y lo ayudaste empleándolo,

***

y él te obedeció.

***

¡Oh Cercano, que no Te alejas del angustiado!,

***

¡Oh Generoso, que no le restringe

***

Su recompensa a quien tiene esperanza!

***

¡Dios Mío!, concédeme un corazón cuya pasión me acerque a Ti;

***

y una lengua cuya veracidad pueda ser ofrecida a Ti;

***

y una vista cuyo carácter me aproxime a Ti.

***

¡Dios Mío!, en verdad quien trata de conocerte no es ignorado;

***

y quien se refugia en Ti no es abandonado;

***

y a quien Tú aceptas no puede ser poseído (por ningún otro dueño).

***

¡Dios Mío!, quienquiera que emprenda el camino hacia Ti va iluminado;

***

y quienquiera que recurra a Ti está salvado;

***

y ciertamente yo me he adherido a Ti, ¡oh Dios Mío!,

***

por tanto no me desilusiones de Tu Misericordia,

***

ni me aisles de Tu Clemencia.

***

¡Dios Mío!, colócame entre Tus amigos,

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en la posición del que espera el incremento de Tu Amor.

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¡Dios Mío!, inspírame con un fervor para recordarte hasta que me haya inspirado con la meditación acerca de Ti.

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y el celo espiritual para

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el éxito de Tu Nombre y la estación de Tu Santidad.

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¡Dios Mío!, por Ti yo Te invoco

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para que me hagas unirme al sitio de aquéllos que Te obedecen

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y la morada de los justos de aquéllos con quienes estás Complacido.

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Yo no puedo defenderme

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ni controlar lo que es en mi interés.

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¡Dios Mío!, yo soy Tu siervo, débil y pecador,

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y Tu esclavo arrepentido;

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por tanto, no me hagas uno de aquéllos a quienes no quieres mostrar Tu Faz,

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y cuya negligencia los aisla de Tu Perdón.

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¡Dios Mío!, haz que me desprenda completamente de todo excepto de Ti,

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e ilumina la vista de nuestros corazones

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con la radiancia de mirar hacia Ti

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hasta que la visión de nuestros corazones atraviese los velos de luz

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y llegue a la Fuente de la Grandeza,

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y haz que nuestros espíritus sean sostenidos por la Gloria de Tu Santidad.

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¡Dios Mío!, haz qu yo sea uno de aquéllos que te responden cuando los llamas,

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y son fulminados por Tu Majestad cuando los miras,

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y trabajan para Ti abiertamente cuando les susurras en secreto.

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¡Dios Mío!, yo no he dejado que mi buena opinión de Ti.

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sea rebasada por la desesperación,

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ni he perdido esperanza en el favor de Tu Generosidad.

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¡Dios Mío!, si mis pecados me han degradado.

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ante Ti, ignóralos

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en virtud de mi confianza en Ti.

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¡Dios Mío!, si mis pecados me han rebajado

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a ser indigno de Tu Bondad,

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mi certeza me ha elevado a la nobleza de Tu Afecto.

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¡Dios Mío!, si he caído en el letargo por mi negligencia en

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prepararme para mi encuentro contigo,

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ciertamente he sido despertado por el conocimiento de la nobleza de Tus Bendiciones.

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¡Dios Mío!, si Tu Castigo terrible me invita hacia el Fuego del Infierno,

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Tu recompensa abundante me invita hacia el Paraíso.

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¡Dios Mío!, yo Te pido y Te ruego,

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y Te imploro y Te suplico,

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que concedas Tus Bendiciones a Muhammad y a los descendientes de Muhammad,

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y que hagas que yo sea uno de aquéllos que son constantes en recordarte,

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y nunca violan el Pacto que tienen contigo,

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ni son negligentes en agradecerte,

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ni desprecian Tus Ordenes.

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¡Dios Mío!, úneme con a Luz de Tu Majestad resplandeciente,

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para que pueda tener conocimiento místico acerca de Ti,

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y pueda ser alejado de todo excepto de Ti,

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y pueda ser temerosamente observante de (Tus Ordenes).

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¡Oh Dueño del Honor y la Gloria!

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¡Y que las Bendiciones de Dios sean concedidas a Muhammad, Su Mensajero, y a sus descendientes puros e inmaculados, con saludos abundantes de paz para ellos!


[1]- Awalial-la'alli, vol. 1, p. 129, cap. 8, hadïth 3; Al-Yama; As-Saghïr, vol. 2, pp. 45, 95.

[2]- Los marÿa'itaqlïd (modelos de imitación) son las fuentes de seguimiento para la Ley Islámica.  


  

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