Donde, cómo y cuándo adorar a Allah

3 de Octubre de 2008, 3 de Shawal de 1429
Imam: Sheij Muhammad Al Kassbi

 

Alhamdulillah.

¡Musulmanes!, os encomiendo y también a mí mismo, tener taqwa de Allah. La taqwa de Allah es la mejor posición y la mejor vestimenta. ¡Sabed!, que Allah tenga misericordia de vosotros, que los siervos de Allah Le deben a su Señor muchas bendiciones que disfrutan, innumerables, y, sin embargo es necesario recordarlas.

Cuando recordamos las bendiciones que Allah, gloria a El, nos concede, amamos más a Allah y apreciamos la grandeza y la inmensa Generosidad de Allah; y podemos ser agradecidos por todos Sus dones, de los que somos beneficiarios.

La primera de las bendiciones de las que disfrutamos, es la existencia. Haber sido traídos –por el acto de la creación- a la existencia.

Dice Allah, el Altísimo: “¡Oh, hombres! Adorad a vuestro Señor, Quien os ha creado y a los que os precedieron, quizá así, tengáis conciencia de El”. (Surat Báqara, 21)

De esta aleya, se deduce que Allah nos ha concedido estas bendiciones para ser (Sus) esclavos, adoradores, agradecidos; para que –siendo sinceros en nuestra gratitud a El- seamos sinceros en nuestra servidumbre y adoración a El.

Esto no se realiza en un día, en un mes, o en un período de tiempo determinado, sino que es obligado, que el creyente tenga, todos los días e instantes de su vida, tres cosas:

- Un mandato que se cumple;
- Una prohibición que se evita;
- Un decreto con el que uno está conforme y satisfecho.

Por medio de la ‘ibada (adoración) se nutre el espíritu, la adoración le acerca al siervo a su Señor. Por ello, estamos siempre necesitados de la ‘ibada.

Uno de los hombres rectos, dijo: “¡Pobre gente, por Allah, los que viven en el olvido! Pasan por este mundo sin haber saboreado lo mejor que tiene”. Le dijeron: “¿Y qué es lo mejor que tiene este mundo?” Dijo: “El dhikr de Allah y el consuelo que produce”.

La ‘ibada para la que hemos sido creados, se extiende a lo largo de toda la vida.

La vida del creyente es toda ella adoración, si la intención es correcta y si la adoración es conforme a la Sharia (la Ley Revelada). Cuando esto ocurre, incluso las costumbres y los hábitos se convierten en actos de ‘ibada.

Hay gente que entiende la ‘ibada parcialmente, como algo restringido a los rituales. Piensan, que la adoración se limita a los ritos conocidos como la oración, el ayuno, etc. Este entendimiento, que separa los actos cotidianos de los ritos de adoración, es ajeno a la realidad del Din, a sus objetivos, y a sus cimientos.

Este tipo de gente adora a Allah, gloria a El, en la mezquita, según la Sharia y, cuando sale de la mezquita, se implica en transacciones que contienen usura; y comete indecencias con su lengua, su cuerpo, o su corazón. Se alimenta con lo haram, maltrata a su madre o a su padre, se rodea de malas compañías y maltrata a la gente con la lengua, o con su mano, o con el corazón. Ése es el tipo que obedece a Allah, gloria a El, en un lugar, y Le desobedece en otros. Adora a Allah en un día, o en un mes, y se rebela contra El otros días y otros meses.

El Señor de la Mezquita, el Señor de la Ka’abah, es el Señor y el Amo de todos los espacios y lugares. El Señor de Ramadán es el Señor de todos los instantes. Por ello, no existe un tiempo específico para la obediencia, ni la adoración tiene un momento exclusivo. La adoración es el derecho debido a Allah por parte de las criaturas. Para esa razón las creó.

Dice el Excelso, gloria a El: “Y no he creado a los genios y a los hombres excepto para adorarme”. (Surat ad-Dhariyat, 56)

El creyente se dedica, con rectitud, a adorar a su Señor hasta que le llegue el encuentro con Él, para que le alcance y su Señor esté Satisfecho, complacido con él.

Dice el Altísimo: “Adora a tu Señor hasta que te llegue la certeza”. (Surat al Hiyr, 99) Y la certeza es la muerte.

Así pues, la ‘ibada para el creyente es lo mismo que el agua para el pez, o el aire para el ser humano.

No es concebible una vida verdadera si está desprovista del Iman (creencia) y la acción recta.

Le dijeron a ( ), que Allah esté complacido con él: “Hay gente que se esfuerza durante el mes de Ramadán y adora a Allah en él. Cuando el mes pasa, lo dejan”. Dijo: “Desgraciados los que sólo conocen a Allah en Ramadán”.

Se ha transmitido que al ( ) , que Allah esté complacido con él, se le apareció un trono grandísimo que colmaba el horizonte, sobre el trono había una luz intensa, cegadora; y cuenta: “Me llamó, diciéndome: “¡( ) soy tu Señor!, tú eres un hombre recto, has llegado a un grado de grandioso mérito ante mí. Por esa razón te eximo de cumplir con tus obligaciones, y te permito que te deleites con las cosas prohibidas””. Dije –cuenta el Sheyj-: “¡Cállate, maldito!” Y entonces, aquella luz intensa se oscureció y pronunció un grito estentóreo, que decía: ( ) te has librado de mí porque tienes discernimiento (fiqh) y conocimiento de tu Din, y porque tienes sabiduría de tus propios estados. He seducido con este truco a setenta hombres del Camino (de Allah)””. Sus discípulos, le preguntaron al Sheyj: “¿Cómo supiste que era el shaytán?” Dijo: “Cuando me dijo: “te eximo de cumplir con tus obligaciones y te permito que te deleites con las cosas prohibidas”, porque yo sé que todavía me encuentro en la etapa de la acción y Allah el Altísimo, dice: “Adora a tu Señor hasta que te llegue la certeza””.

¡Musulmanes! La ‘ibada en el Din del Islam no está limitada al Salat, al ayuno, y a las demás prácticas de adoración. La ‘ibada abarca, todos los movimientos y actos de la vida del musulmán. El musulmán se acerca a Allah, gloria a Él, con su Salat, y también se acerca a Allah con su esfuerzo en busca del sustento lícito.

Uno de los gnósticos de Allah, dijo: “Entre las transgresiones, hay algunas que no las expía ni el Salat, ni el ayuno, ni el Hayy ni la ‘umra; sino que se expían gracias a los desvelos y preocupaciones padecidos en buscar el sustento para su vida”.

La adoración por la cual el musulmán obtiene su recompensa incluye todos los actos de su vida. Si el musulmán es verídico, cuando trata en las ventas y en las compras, y no recurre al engaño, a la mentira, el fraude, o la extorsión… ese comercio es adoración a Allah. Cuando el musulmán cumple con los derechos de las criaturas de Allah, eso es adoración a Allah. Cuando pone paz entre dos que están enfrentados, eso es adoración a Allah. Cuando alivia las penalidades de los que están angustiados, eso es adoración a Allah.

Todos los actos y todas las palabras del musulmán, cuando la intención es buena, son acciones de adoración de Allah. La Sharia del Islam encomienda el bien, e insta a los musulmanes a lo que es bueno y recto. Allah, el Señor de Majestad y Poder, ha puesto a nuestro alcance multitud de caminos y variedad de formas de practicar el bien, para con ello incrementar los méritos, repeler las maldades, y elevar los grados; hasta el punto que, cuando el hombre satisface sus deseos físicos con su esposa, obtiene por ello su recompensa.

Dijo el Mensajero de Allah, Paz y bendiciones de Allah con él: “En el acto conyugal hay una sádaqa”. Le dijeron: “¡Mensajero de Allah! ¿Satisface uno su deseo, y con ello consigue una recompensa?” Dijo: “¿Acaso si fuera a buscar la satisfacción en lo haram, no tendría su culpa y castigo por ello? Pues si la busca en lo halal obtiene recompensa”. ( ). Transmitido por (.)

No hay nada que sea permisible, lícito, que no se convierta en actos de acercamiento a Allah, gloria a El, recompensados cuando se emprenden con intención recta. El musulmán debe ser consciente de esto, y no entregarse a las cosas permisibles en un estado de descuido e inconsciencia, como hacen los animales.

Todo esfuerzo del hombre por lograr su provisión y el disfrute de los deleites físicos y materiales, así como los desplazamientos: las travesías por tierra, mar y aire, viajar por la Tierra y reflexionar sobre cuanto uno encuentra, todo ello, son actos del hombre sometido y adorador de Allah, gloria a El, como Allah quiere.


* * * * * *

Alhamdulillah.
¡Hombres!, el siervo, desde que aparece en este mundo, es un viajero hacia su Señor. Los días y las noches son las etapas de su viaje. Y así, continúa su vida, etapa tras etapa, hasta que llega al final del viaje.

Una condición del viaje a Allah, gloria a El, es que el corazón esté vivo. La senda de Allah no se recorre con los pies, sino con los corazones. El corazón vivo es, el vehículo en el que viaja quien va hacia la complacencia de Allah y a Su Jardín.

Y lo que hace al corazón estar vivo es el iman (la creencia), que consiste en:

- Ser humilde ante Allah y tener temor de El, gloria a El.
- Tener esperanza de Su misericordia.
- Y, tener amor por El.

El corazón, en su viaje hacia Allah, gloria a El, es como el pájaro: el amor es su cabeza; el temor y la esperanza, sus alas. Si la cabeza está sana y las alas también, el pájaro vuela. Si se corta la cabeza, el ave muere. Si pierde las alas, se convierte en presa fácil para los depredadores y en criatura frágil e indefensa.

Relató ( ), que Allah esté complacido con él: “Me preguntó el Mensajero de Allah, Paz y bendiciones de Allah con él, cuando iba tras él montado en su camello: “Mu’adh”. Dije: “¡A tu servicio, Mensajero de Allah!”. (Me dijo:) “¿Sabes cuál es el derecho de Allah sobre Sus siervos, y el derecho de los siervos sobre Allah?” Dije: “Allah y Su Mensajero lo saben mejor”. Dijo: “El derecho de Allah sobre Sus siervos es que Le adoren; y que no Le asocien nada. Y el derecho de los siervos sobre Allah es que no sea castigado quien no Le asocie nada”. Dije: “¿No debería informar de esto a todo el mundo?”. Dijo, Paz y bendiciones de Allah con él: “No, no se lo digas a los demás para que no se descuiden en su esfuerzo”.

( ), sin embargo, desveló esta conversación suya con el Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él, después de su muerte, Paz y bendiciones de Allah con él, por temor a cometer el delito de guardarse el conocimiento y no transmitirlo –poco antes de su propia muerte-, que Allah esté satisfecho con él.

La encomienda de Allah a Sus siervos de adorarle, es misericordia de El con Sus criaturas. La adoración es por misericordia para los humanos. Allah, gloria a El, es merecedor de nuestra servidumbre y nuestra adoración sincera. La adoración al Creador, gloria a El, es guía, alimento y bendición para el siervo.

Que Allah bendiga a Su Siervo y Mensajero Muhammad; y a su familia, y sus nobles Compañeros y a todos cuantos les sigan con sinceridad hasta el Último Día.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín.

 http://www.mezquitadegranada.com/index.php?id=03-10-2008

NOTA: para no causar polémica de sus trasmisores he llegado a la conclusión de omitirlos ya que nuestro principal objetivo y meta es llevar el Islam para toda la humanidad y este Islam no tiene nombre ni apellido.

(Por el sheik munir valencia potes guía espiritual de la comunidad Islámica de Colombia)

 

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