Sura 112: Al-Ijlas Al-ijlas es la cosmovisión del Islam Corán & Sunna - 18/08/2008 15:07 - Autor: Shaie Brisam - Fuente: Webislam Etiquetas: coran, unicidad, ijlas, yihad, al-ijlas, cosmovision, islam, trata, declaracion
Revelada en Meca, consta de 4 aleyas
bismil-lâhi r-rahmâni r-rahîmi
"Hay varias palabras en árabe que significan sinceridad, pero la más poderosa es Ijlâs. Ijlâs es sinceridad desinteresada, auténtico desapego, pureza absoluta en la intención y en la acción. Es un acto de liberación (jalâs). Quien supera esa prueba accede a un mundo transparente, descontaminado, en el que las cosas no ocultan a Allah sino que son su signo y presencia de su riqueza. Con el Ijlâs, el hombre disfruta de la existencia en su raíz, en la eternidad que está en su fundamento. El Ijlâs es la victoria del espíritu sobre la pesadez de la gota de mezclas, es la hegemonía de la capacidad del hombre para percibir."* Existen muchos hadices que nos señalan acerca de la importancia de esta Sura. El Profeta solía decir que vale por la tercera parte del Corán y no es extraño ya que aquí se nos habla acerca de la naturaleza de Allah; Al-ijlas es la cosmovisión del Islam. Los musulmanes la solemos repetir varias veces cada día. Se trata de una declaración de la unicidad de Allah, el hilo con el que se teje el Islam. Trabajar en la unicidad es el esfuerzo del mumin para deshacerse de todo lo accesorio, todos los ídolos que le impiden acceder al Ijlas. Este es el yihad mayor, el esfuerzo que hace el creyente por superarse a si mismo y se trabaja en dos direcciones: interna y externa. La externa comprende actos de adoración como el salat (enlace con La Realidad), el yasum (ayuno) y el hajj (peregrinación). También tiene prohibiciones como el asesinato, el robo, el adulterio, la maledicencia, la intolerancia, etc. Todo lo que afecta a la sociedad. La interna consiste en purificar el interior: para ello debemos fomentar cualidades como la confianza en Allah, la sinceridad, la generosidad, el desapego, etc. Debemos, así mismo, luchar contra nuestros egos y pulirnos de defectos como la soberbia, la hipocresía, la envidia, el rencor, etc. todos ellos ídolos que nos impiden reconocer la unicidad.
¡Di!, ¡proclama!, dale realidad al hecho de que Allah no solo es uno
e indivisible, además es ahad, único y excluyente de todo
tipo de asociación. No hay nada más. No ha engendrado ni ha sido engendrado. No tiene descendencia, nosotros no somos Su descendencia, ni Su prolongación ni nada que El necesitase para su realización. No tiene origen y, por tanto, no tiene fin. Es absoluto. Y no hay nada que se le parezca. No hemos sido creados a su imagen, ni puede ser una imagen que proyectemos, es inimaginable e inabarcable. Considero esta Sura continuación de la Sura al-kafirun porque es la respuesta y explicación del mumin al kafir: … y éste es mi Din. Notas
*Abderrahman M. Maanan en su comentario a la
Sura
76 .
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