Dichos de Imam Jomeini


Depuración del Alma y Viaje Espiritual


* Debemos saber que si el hombre es negligente de sí mismo y no se empeña en corregir y depurar su alma, abandonándola a su suerte, cada día, incluso cada hora, se incrementarán cortinas sobre ella y luego de cada velo, otro velo, hasta al punto que la luz de la esencia humana se apagará y extinguirá totalmente.

* ¿Acaso no llegó el momento de que nos empeñemos en corregir nuestra alma y demos pasos para curar los males de la misma? Desperdiciamos el capital de la juventud gratuitamente, y por medio del engaño del alma y Satanás, dejamos pasar la juventud, con la cual deberíamos haber preparado la felicidad de los dos mundos. Tampoco ahora nos empeñamos en corregirla para no perder también el capital de la vida y evitar ser transportados de este mundo con una total perdición y una completa desgracia.

* ¡Oh querido! ¡Despierta de un pesado letargo, y cura estos diferentes males mediante el Corán y las Tradiciones, aferrándote al fuerte cordel de Dios y al regazo de los santos divinos! El Profeta de Dios (BP) dejó para nosotros estas dos grandes bendiciones para que, por medio de aferrarnos a las mismas, nos salvemos de este pozo de tinieblas de la naturaleza, y nos libremos de estas cadenas imitando las vidas de los profetas y cercanos a Dios.

* Sabe que si das pasos por el sendero de la felicidad y haces algo y te amigas con Dios Altísimo, pidiéndole perdón por tus pecados anteriores, se abrirán ante ti las puertas de la felicidad y recibirás auxilios desde un mundo invisible.

* Sí, en los comienzos parece muy difícil ingresar en cada uno de los niveles de los gnósticos y traspasar cada una de las etapas de este viaje espiritual. Además, Satanás y el propio ego contribuyen a que el hombre no emprenda este viaje espiritual, pero, tras transitar de a poco en el camino, éste se vuelve fácil y llevadero. Cada paso que dé en el camino de la verdad y el otro mundo, la luz de la guía divina iluminará el camino y facilitará el viaje del peregrino.

* ¡Oh hombre cruel! ¡Medita! Fíjate cuál es la enfermedad de tu corazón que lo ha hecho más duro que una roca y que no acepta el Corán de Dios que ha venido para salvarte del castigo y las tinieblas.

* ¡Querido! Sabe que los deseos del ego y la concupiscencia no llegarán a ningún lugar y que su ansiedad jamás tiene fin.

* Toda desgracia que acontece al hombre o que la sociedad padece por culpa de sus poderosos se debe a la concupiscencia y al egoísmo.

* Hasta que se encuentren encadenados por su ego y deseos no podrán emprender la lucha en el camino de Dios y defender la santidad de Dios.

* No es posible que el hombre sea tanto monoteísta como ególatra. No es posible que el ser humano considere tanto sus propios beneficios como los beneficios del Islam. El criterio a seguir debe ser solo uno de ellos dos.

* Lo que rebaja la humanidad del hombre es que éste se ame a sí mismo y a su posición, y que su amor a las cosas mundanales lo haga llegar a tal punto que si le son quitadas, aunque sea por el Profeta del Islam, se vuelve su enemigo y cuando se da cuenta que es Dios quien se lo está quitando se vuelve enemigo de Dios.

* ¡Oh querido! Ya que los densos velos de la naturaleza no han extinguido por completo la luz de la fitrah, y las opacidades de los pecados no han eliminado por completo la interna armonía de tu corazón… ya que tienes oportunidad de aprovecharte de este mundo que es el lugar de siembra para el más allá y puedes compensar en él cada imperfección y pedir perdón por cada pecado, haz fuerte tu decisión y abre ante ti una puerta de felicidad.

* Continuamente, a partir de cada desobediencia, se produce en el corazón humano una opacidad y tiniebla que aleja al hombre del rango de la sacralizad y aproximación a Dios y lo priva de los conocimientos de Dios, acercándolo al mundo de la naturaleza, cuyo interior es el infierno mismo, hasta tal punto que el corazón y todas sus dimensiones invisibles se pierden en el mundo material y desaparece su espiritualidad y humanidad.

* En la juventud la voluntad y la decisión del ser humano es joven y fuerte, es por ello que para el hombre joven es más fácil corregirse, mientras que en la vejez la voluntad es débil y la decisión está derruida, por lo que triunfar sobre las fuerzas internas es mucho más difícil.

* Aferrarse a otro que a Dios es encontrarse desatento de Dios.

* Apegarse a las criaturas y estar desatento de Dios es uno de los densos velos que cubren la luz del conocimiento y transforman al corazón en opacidad y tinieblas, y ésta es una de las mayores trampas del desgraciado demonio y una de las grandes artimañas del ego que alejan al hombre del umbral sagrado de Dios, y le impiden adquirir conocimientos verdaderos y profundos.

* No estés desatento ni un momento de Dios, puesto que estar negligentes del Principio del Poder te llevará a la aniquilación.

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