Ayatolá Jameneí: el propósito cardinal de la peregrinación a La Meca es mostrar la identidad común de la comunidad musulmana

 

29/12/2006

 

بسم الله الرحمن الرحیم
والحمد لله رب العالمین و الصلاﺓ علی سید المرسلین
و علی آله الطیبین و صحبه الصادقین

En nombre de Dios, el Clementísimo, el Misericordiosísimo

Alabado sea Dios, Señor del Universo

y las bendiciones sobre el noble Profeta y sobre su familia purificada y sobre sus sinceros compañeros

 

Nuevamente ha llegado la época de la peregrinación a La Meca con sus noticias espirituales y otra vez se le presenta al mundo islámico una preciosa oportunidad.

Mientras muchos corazones desean desde todas partes del mundo asistir a esta congregación anual, solamente unos pocos afortunados pueden realizar su sueño. Ésta es la razón de este manantial que no deja de fluir.

Por una parte, el congreso anual ante la Casa del Amado reconecta los corazones con la qiblah de la creación, por otro lado, los amigos que han estado alejados unos de otros encuentran una oportunidad para reunir sus corazones.  La peregrinación anual a la Casa de Dios supone también un júbilo para el cuerpo, para la espiritualidad y para la política de la comunidad musulmana.

La liberación de contaminación material y el recuerdo de Allah en todos nuestros actos y en todos lugares, aunque sólo sea durante algunos días, supone un gran acontecimiento para los peregrinos a La Meca.

El propósito de los actos de adoración y de los rituales de la peregrinación a La Meca es proporcionarnos una experiencia espiritual y que podamos detectar esta experiencia feliz con nuestras almas.

En el terreno político, el propósito cardinal de la peregrinación a La Meca es manifestar la identidad común de la comunidad musulmana. La separación y la división entre los hermanos abrirían la puerta a aquellos que albergan malos sentimientos hacia nosotros y servirían de caldo de cultivo para las semillas de la división entre los musulmanes.

La comunidad musulmana abarca muchas naciones, razas y seguidores de diferentes sectas del Islam. Esta diversidad y la extensión geográfica de la comunidad en una parte sensible e importante del planeta Tierra es el origen de una gran fuerza. Nuestra diversidad ha enriquecido y mejorado la herencia común de la sociedad, la cultura y la historia en una parte extensa del planeta, y ha permitido que esta comunidad se beneficie de todo tipo de talentos y de todo su potencial natural y humano.

Desde los primeros momentos de su penetración en los países islámicos, los poderes occidentales colonialista han tenido en cuenta esta diversidad y han intentado constantemente provocar dentro de ella sentimiento divergentes y enfrentados.

Los políticos colonialistas sabían bien que si se mantenía una identidad islámica común, se cerraría la puerta a su dominación política y económica. Por tanto, han sembrado con gran esfuerzo las semillas de una división y discordia perdurables.

Para alcanzar el éxito en esta nefasta política y progresar en su objetivo de dominación sobre los países islámicos, se han aprovechado de la ignorancia del pueblo y de la debilidad de los líderes políticos y culturales de los países islámicos.

La supresión de los movimientos de liberación en los países islámicos durante el siglo anterior, el éxito de los poderes colonialistas en la consolidación de su dominación sobre estos países, la creación o reforzamiento de los regímenes autoritarios, el saqueo de sus riquezas naturales, la destrucción de sus recursos humanos y, por consiguiente, el situar a las naciones musulmanas a la cola de la caravana del progreso en los terrenos de la ciencia y la tecnología, han sido  hechos posibles gracias a la desunión, que en algunos casos llegó a niveles de conflictos sangrientos y fratricidas.

Con el gradual despertar del mundo islámico, que alcanzó su máximo apogeo con el nacimiento de la República Islámica en Irán, el campo occidental se enfrentó a una temible amenaza.

El fracaso de las escuelas de pensamiento político del Este y el Oeste, el reconocimiento de la mentira y el fracaso de los valores que fueron presentados por los colonialistas como el único camino posible para la felicidad de humanidad, ayudó a las masas musulmanas a retomar las raíces de su identidad, y los fracasos sucesivos de los esfuerzos de los poderes arrogantes para ocultar y apagar este resplandor divino, han hecho brotar con fuerza en los corazones de las naciones musulmanas las semillas de la esperanza.

Echemos una mirada a la Palestina de hoy, cuyo gobierno ha llegado al poder gracias a su compromiso irrenunciable al principio de "Liberación de la ocupación sionista", y una comparación de su situación actual con el aislamiento y la debilidad del pueblo palestino en el pasado.

Una mirada al Líbano, en el que los musulmanes pusieron sus vidas en peligro para derrotar el ejército israelí equipado con toda la ayuda que recibió de los EE.UU, Occidente y otros poderes hipócritas, y su comparación con el Líbano que los Sionistas podían invadir fácilmente y al que podían manipular facilmente sin encontrar obstáculos reales.

Una mirada a la situación de Iraq, donde su orgulloso pueblo ha humillado a la América pomposa y ha empantanado, a su ejército y a los políticos que se jactaron de tener mano libre en la tierra iraquí, en un cenagal de problemas políticos, militares y económicos, y su comparación con el anterior Iraq, en el que un dirigente sanguinario trató brutalmente a las personas, con la ayuda y el apoyo de los Estados Unidos.

Una mirada al Afganistán de hoy, en cuál todas las promesas de los EE.UU. y de Occidente han demostrado ser mentira y en el que la expedición militar sin precedentes del frente común de países occidentales no ha producido nada más que destrucción, pobreza, asesinatos y el incremento del poder de la mafia del narcótráfico.

Y, finalmente, una mirada a las jóvenes generaciones de los países islámicos en las que crecen la tendencia hacia los valores islámicos y las opiniones críticas hacia los EE.UU. y Occiente.

Observar la evolución de todas estas situaciones nos proporcionara una imagen clara y verdadera de cómo están derrumbandose las riquezas y fallando las políticas de los poderes arrogantes, especialmente de los Estados Unidos, y es un buen augurio sobre el surgimiento de la identificación islámica común.

El gobierno estadounidense, el capitalismo dominante de Occidente y los corruptos lobbys políticos sionistas han empezado a sentir la verdadera vitalidad del despertar islámico y a reconocer que su poder militar es inútil contra esta verdad, por lo que están recurriendo a todo su arsenal de trucos políticos y tácticas tramposas

Toda la comunidad musulmana, tanto la élite política, cultural y religiosa, como las masas populares, debe estar más alerta que nunca y tratar de identificar y frustrar los planes manipuladores del enemigo.

Uno de los planes más eficaces del enemigo es incitar las llamas de la discordia y la división. Gastan dinero y se apresuran a usar todo el poder del que disponen para crear diferencias entre los musulmanes y conseguir que estos se enfrenten entre sí, explotando otra vez nuestra negligencia, estrechez de ideas y prejuicios.

Hoy cualquier movimiento que busque la división en el mundo islámico comete un pecado histórico.

Quienes acusan maliciosamente a otros grupos islámicos de ser herejes y no-creyentes; quienes insultan la santidad de las diferentes escuelas teológicas dentro del Islam; quienes traicionan y apuñalan por la espalda a la juventud libanesa, que es el orgullo de la comunidad musulmana; quienes hablan de la creciente amenaza de la influencia shiita, para complacer con ello a los Americanos y a los Sionistas; quienes alientan los enfrentamientos fratricidas e ilegales en Iraq con la esperanza de destruir su gobierno islámico y popular y quienes presionan, consciente o inconscientemente, al gobierno democráticamente elegido de Hamas en Palestina, serán considerados culpables, condenados por la historia y por las futuras generaciones y calificados por ellas de mercenarios al servicio del enemigo brutal.

Los Musulmánes de todo el mundo deben saber que la era de la humillación y del atraso del mundo islámico ha terminado.

Estamos presenciando la llegada de una nueva era.

La equivocada idea de que los países musulmanes van a quedar atrapados en las garras culturales y políticas de Occidente y de que continuarán imitándo sus comportamientos personales y colectivos ha sido erradicada de las mentes de las masas musulmanas por las manos de los mismos occidentales, debido a su excesiva arrogancia y presunción.

El concepto de Occiente, especialmente después de haber sido devaluado por los EE.UU. gracias a sus actos flagrantes de opresión y a su continuo comportamiento arrogante e ilógico, es ahora contemplado como un anti- valor evidente en el mundo islámico.

Su comportamiento con el pueblo palestino comparado con su comportamiento hacia el sangriento régimen sionista; su actitud permisiva ante la posesión de armas nucleares de los sionistas, frente a su actitud ante el uso civil de la energía nuclear por Irán; su apoyo a la agresión militar contra el Líbano, la defensa del agresor y la hostilidad hacia los defensores del Líbano, dispuestos a sacrificar sus vidas; el implacable chantaje de los gobiernos occidentales y su rendición a las constantes demandas  del régimen sionista, apoyando las afrentas a la santidad de los lugares sagrados del Islam e incluso las difamaciones contra el Islam que realizan altas autoridades de Occidente, incluido el Papa, mientras no realizan el más mínimo cuestionamiento de las mentiras sobre el Holocausto o sobre la formación del régimen sionista, son ofensas condenables, como lo son los ataques militares contra Iraq y Afganistán y el asesinato de la población civil en nombre de la democracia, mientras conspiran contra el gobierno democrático en Palestina, Iraq, los países de America Latina o de cualquier lugar donde sus secuaces no toman el poder y toda la algarabía sobre la guerra contra el terrorismo, mientras clandestinamente mantienen contactos y apoyan a los brutales grupos que siembran el terror en Iraq.

Estos comportamientos irracionales y maliciosos han proporcionado pruebas claras a las naciones musulmanas y han acelerado el despertar islámico.

Les guste o no, hoy ha comenzado en el mundo islámico un movimiento profundo y profundamente arraigado. Este movimiento tendrá como consecuencia la independencia, la dignidad y el rejuvenecimiento de la comunidad musulmana.

Esto es una coyuntura decisiva en la historia. La clasedirigente y los intelectuales tienen una inmensa responsabilidad sobre sus hombros. Cualquier debilidad, vacilación, equivocación o negligencia pueden dirigirnos al desastre.

Los sabios islámicos no debe permanecer silenciosos ante los intentos de dividir a los musulmanes. Los intelectuales no deben eludir su responsabilidad de difundir el espíritu de la esperanza entre nuestra juventud, y los políticos y autoridades no deben distanciarse de las personas y deben apoyarse en ellas. Los gobiernos islámicos deben estrechar sus relaciones y solidaridad y usar el poder de las personas para superar las amenazas de los poderes dominantes.

Hoy, los servicios de inteligencia de los EE.UU. y Gran Bretaña en Iraq, Líbano, en los países de Norte de Africa, y allí donde pueden, están difundiendo el virus de la división religiosa y de la discordia. Los peregrinos a La Meca nos protegen e inmunizan contra este virus mortal y colocan estos versículos del Corán ante nuestros ojos:

Y obedeced a Dios y a Su Mensajero y no disputéis, pues vacilaríais y perderíais vuestro ímpetu. Y sed pacientes. En verdad, Dios está con los pacientes.” (8:46);

Hoy, todas las naciones musulmanas albergan el profundo deseo y nos emplazan a distanciarnos de los adoradores de ídolos (mushrikín). La época de la peregrinación a La Meca es una oportunidad única para que este deseo puede ser expresado con plena fuerza.

Permitidme aprovechar esta oportunidad para rogar a Dios que conceda Su gracia y favor a todos los que peregrinan a La Meca y para rezar por la pronta venida del Mahdi Prometido (a.s.)

Purifíquense ustedes mismos en este vasto océano. Rezo por su éxito y felicidad y para que su peregrinación a La Meca sea aceptada por Dios.

Seyyid Ali Jameneí.

3 de Dul Hiyya de 1427 - 3 de Dey 1385; 23 de Diciembre de 2006.