“EL ENOJO EN EL ISLAM AFECTA LA SALUD”
Relató que un hombre le dijo al Mensajero de Allah (e): “Aconséjame”, entonces le dijo: “No te enojes” y lo repitió varias veces”.
Este hombre se presentó ante el Profeta (e) para pedirle un consejo conciso que abarque muchas características buenas. El Profeta (e) repitió varias veces dicho consejo: “No te enojes”. Esto indica que el enojo es una fuente del mal y que estar prevenido de él es un bien.
Le preguntaron al Mensajero de Allah (e) sobre qué era lo que le apartaría de la ira de Allah. Y le dijo (e): “No te enojes, no te enojes, no te enojes”. “Un hombre se presentó ante el Mensajero de Allah (e) y le preguntó: “¿Cuál es la mejor acción?” Contestó (e): “Mantener una buena moral”. El hombre se presentó de nuevo ente el Mensajero de Allah (e) por su derecha y le hizo la misma pregunta. El Mensajero de Allah (e) le dio la misma respuesta. Luego el hombre presentándose reiteradas veces ante el Mensajero de Allah (e) le formuló la misma pregunta. Al final el Mensajero de Allah (e) le dijo: “¿Qué sucede que no comprendes? Mantener una buena moral significa controlarse cuando estás enfadado si puedes”.
El ĥadîz: “No te enojes” puede tener uno de los siguientes significados:
1. Esforzarse para adquirir las virtudes que hacen a la buena moral. Por ejemplo: la generosidad, el pudor, la tolerancia, el perdón, la paciencia, etc. Cuando una persona adquiere estas meritorias cualidades y éstas se vuelven parte de su personalidad, podrá controlarse cuando se enfada.
2. No actuar empujado por la ira cuando ésta nos domina, sino intentar controlarse y evitar realizar cualquier cosa mientras está enfadado. Si no se deja nos dejamos llevar por el enojo, entonces podrá tranquilizarse y actuar con coherencia. Allah, Todopoderoso, hace alusión a este significado en las siguientes aleyas: Aquellos que evitan los pecados graves y las obscenidades, y cuando se enojan saben perdonar (42: 37) y: Controlan su enojo y perdonan a los hombres, sepan que Allah ama a los benefactores (3: 134).
El Profeta (e) enseñó distintas formas para calmarse cuando se está muy enfadado. Abu Dharr (t) relató que el Profeta (e) dijo: “Si alguno de vosotros se enfada, que se siente, y si no se le pasa el enojo que se recueste y tome agua”.
El significado de este ĥadîz es que un hombre que está de pie está mejor preparado para actuar, e incluso para pelear cuando se enfada. Pero el que está sentado tiene menos posibilidades, y si está recostado tiene una posibilidad de dañar más remota aún. Por eso el Profeta (e) dijo acerca de los momentos de discordia y división: “El hombre que está reclinado durante los momentos de discrepancia está en mejor posición que el que está sentado, y el que está sentado está en mejor posición que el que está de pie. El hombre que está de pie está en mejor situación que el que está caminando, y el que está caminando está en mejor situación que el que está corriendo”.
Ibn ‘Abbâs (t) relató que el Profeta (e) dijo: “Si alguien se enfada que guarde silencio” y lo repitió tres veces.
Éste también es uno de los remedios más eficaces para el enojo. Normalmente cuando un hombre se enfada puede decir muchas palabras injuriosas e insultos que más tarde lamentará de haberlas proferido.
Relató que el Mensajero de Allah (e) dijo: “El enojo proviene de Satanás y Satanás fue creado de fuego, y el agua extingue el fuego. Así, cuando alguno de vosotros se enfade, que se haga la ablución”.
Relató que el Profeta (e) dijo: “El hombre fuerte no es el que derrota a otros luchando, sino el que se controla en los momentos de ira”.
Relató que el Profeta (e) dijo: “Quien se controla estando enfadado pudiendo tomar medidas contra quien lo hizo enojar, Allah, Todopoderoso, lo llamará en el Día de la Resurrección para que escoja la Hurí que desee como esposa”.
El Imam Al Ĥasan dijo: “Quien tenga las cuatro siguientes virtudes, Allah lo protegerá de Satanás y del Infierno: Saber controlarse a sí mismo de los deseos, cuando se siente temor, de la lujuria y cuando se está enfadado”. No enojarse es una virtud. El deseo significa inclinarse por algo que se cree que es beneficioso. Quien desea algo busca obtenerlo por todos los medios, y es posible que los medios o la cosa buscada sean ilícitos.
Cuando una persona teme algo, intenta alejarse por todos los medios, y muchos de ellos pueden ser indebidos.
El Enojo, es el control remoto de satanás a los seres que dicen creer.
Sentir que la sangre hierve por deseos de alejar una situación perjudicial antes de que pase, o para vengarse después de que ha tenido lugar. Este estado puede llevar a muchas acciones prohibidas: la agresión, asesinato, calumnia, obscenidad, y otras cosas que pueden llegar incluso a actos de incredulidad.
El creyente debe canalizar sus deseos y pasiones dentro de lo que Allah ha permitido y tener una buena intención para así ser recompensado por ello. El enojo del creyente es admisible para resguardarse de un daño que le produzcan en su fe o a la fe de otros y sólo tomar represalias contra aquellos que desobedecen a Allah y a Su Mensajero. Como Allah, Todopoderoso, menciona:Combatidlos, pues Allah los castigará a través de vuestras manos, les humillará, os concederá el triunfo sobre ellos, y curará así los corazones de los creyentes. Purificándolos del rencor que hay en ellos. Ciertamente Allah acepta el arrepentimiento de quien Le place, y Allah es Omnisciente, Sabio (9: 14-15).
 
El Profeta (e) nunca tomó represalias contra alguien por su propia causa. Él sólo se en enojaba cuando se violaba algún precepto divino.
El Imam Ali (P) un enemigo en el campo de guerra lo espió, entonces al rato lo mato por estar enojado.
Le fue preguntado a ‘Aishah (la segunda esposa del Profeta (e)) acerca de la moral del Mensajero de Allah (e) y ella contestó: “Su moral era el Quran”. Esto significa que se comportaba según el Libro Sagrado lo ordenaba y que le agradaba toda acción que era elogiada por el Quran, y se enfadaba por cualquier acción que el Quran rechazaba.
El Profeta (e) era muy vergonzoso y nunca le decía a una persona lo que le molestaba, pero siempre se le notaba en la expresión de su rostro. Relató: “El Profeta (e) era más pudoroso que una jovencita virgen en su alcoba. Siempre que viera u oyese algo que no le gustaba, nosotros lo podíamos notar en su cara”.
Una de las invocaciones que el Profeta (e) solía hacer era: “¡Oh, Allah! Te invoco para que me hagas pronunciar la verdad tanto cuando me enojo como cuando estoy alegre”.
Anas (t) relató que el Profeta (e) dijo: “Los siguientes son tres de los atributos del creyente: Si se enfada, no se comportará con falsedad, si está contento, su júbilo no lo hará salir límites establecidos por el Islam, y aunque tenga la posibilidad, no tomará nada que no es suyo”.
Se narra que el Profeta (e) les dijo a sus compañeros sobre dos hombres pertenecientes a las naciones anteriores: “Uno era una persona dedicada a la adoración y el otro era un trasgresor e inicuo. La persona dedicada a la adoración siempre amonestaba al otro aunque éste no le prestaba atención. Un día, quien se dedicaba fervientemente a la adoración vio al otro cometiendo un pecado que le pareció grave, se enfadó tanto que le dijo: “¡Juro que Allah! Que Él nunca te perdonará por este pecado” Pero Allah, enaltecido sea, perdonó a ese hombre y desmereció las acciones del primero”. La persona que se dedicaba a la adoración se enojó por Allah, pero cuando se hubo enfadado dijo cosas que no corresponde acerca de Allah como asegurar cosas sobre las que no tiene conocimiento y por ello Allah desmereció todas sus obras buenas.
La intención, la historia del hombre que quería cortar un árbol, lo utilizaban para adorar a los ídolos
Yâbir (t) relató: Partimos con el Profeta (e) para luchar por la causa de Allah. Un hombre cuyo camello no podía marchar tan rápido como los demás camellos dijo: “Date prisa, que Allah te maldiga” El Profeta (e) le pidió al hombre que desmonte el camello y le dijo (e): “No nos acompañes en un animal maldecido”, y agregó (e): “No debes invocar el mal de Allah contra ti mismo, ni contra tus hijos, bienes, ya que puede coincidir tu invocación con un momento en el que Allah acepta todas las invocaciones”.
Pero las invocaciones de una persona enfadada contra su propia familia, bienes, etc, no siempre son aceptadas por Allah. Allah, enaltecido sea, dice: Si Allah se apresurara en castigar a los hombres de la misma forma que a éstos les urge procurar el bien ya les habría llegado su hora el castigo (10: 11).
 
EL ENOJO Y SUS CONCECUENCIAS
 
Unos de los sentimientos más frecuentes en el ser humano es el del enojo.
Existen personas que parecen que sirven constantemente en ese estado, y por supuesto son con las cueles no quisiéramos estar y les sacamos la vuelta. Pero la verdad es que todos nos enojamos en ocasiones por talgo que alguien nos hace, según nuestra percepción, por algo que no nos hacen, o por algo que nosotros mismos hicimos o dejamos de hacer.
El sentir enojo o ira es normal. La respuesta que le damos a este sentimiento es lo que marca la gran diferencia. Aquí el gran problema puede ser que cada vez que nos enojamos, no dejemos llevar en automático por este sentimiento y no seamos capaces de ver más allá de nuestras narices, pues le damos el poder a algún hecho ocurrido en nuestro entorno, que nos empieza a hacer sentir como una olla a presión a punto de explotar, lo cual nos está impidiendo ver más allá de nuestras narices. Muy a menudo el enojo se acompaña de pensamiento de venganza y esto nos puede llevar a humillar, criticar, juzgar peyorativamente, ofender, fastidiar y hasta odiar a otra persona, sintiendo culpa por ello, o haciéndonos cada vez menos humanos e incapaces de convivir en el mundo, pues nos vemos encasillando en un caparazón blindado donde no dejamos penetrar a nadie y nos empezamos a aislar de la realidad y a vivir en el infierno.
Las consecuencias de nuestro enojo, dependiendo del grado que manejemos, pueden llegar a ser muy importantes. Por ejemplo, si en el trabajo el jefe, la secretaria o algún empleado hace algo que me molesta y me causa enojo, si yo no soy capaz de manejarlo, puedo trasladar este sentimiento a mi casa con mis hijos, mi esposa, mi madre, etc., causando un deterioro en las relaciones familiares, y organizando una guerra donde no hay necesidad, ya que estoy haciendo que paguen justos por pecadores. O al revés, si el enojo es en casa, me lo llevo al trabajo, y ahí es donde yo lo exteriorizo, provocando conflictos con mis compañeros, mi jefe o mis subalternos que no van a llevar a nada bueno.
En el ámbito de la salud, el enojo, al igual que cualquier otro sentimiento negativo nos hace daño repercutiendo en nuestro bienestar físico ya que la química de nuestro organismo pierde el equilibrio buena toxinas que invaden el cerebro, el hígado, órganos genitales o la parte que tenga con falencias, y nuestro cuerpo empieza a descargar adrenalina y cortisol para recuperarlo. Las descargas frecuentes de estas sustancias deterioran el sistema inmunológico entre otras cosas, por lo que somos presas fáciles de enfermedades tales como gastritis, dermatitis, colitis o síntomas desagradables como dolor de cabeza que pueden convertirse a la larga en migraña. ¿Conoces a alguien que está constantemente enfermo? Observa que clase de carácter tiene, seguramente no ha podido manejar algún sentimiento negativo en su vida, se le aconseja estar riendo.
La cuestión es ¿Qué puedo hacer yo contra el enojo? Aprender a manejarlo, ya que muchas veces a lo largo de nuestra vida puede estar presente, no es malo sentirlo, sino lo importante es la respuesta que le demos en ese momento y en los siguientes.
Para poder manejarlo, lo primero que tengo que decirme es ¿para qué me sirve el enojo en estos momentos? ¿Qué me estoy diciendo ante esto? ¿Es bueno para mí y para mi entorno? ¿Qué consecuencias puede tener si no lo manejo? Yo sé que alguien pensara “esto es imposible” ¿Cómo tener la sangre fría de pensar así? Bueno pues quiero decirte que es posible si tú quieres y estas convencido que el enojo no te sirve y te ha acarreado problemas en tu vida, o que quizá tu salud se ha deteriorado.
El poder sobre los sentimientos lo tenemos nosotros, una de las técnicas más eficaces para poder manejarlos es no pelear contratando.
1.      Siéntate
2.      Acuéstate
3.      Tomate algo.
Por ejemplo si to me siento muy enojado, en ese momento después de unas tres respiraciones profundas acompañadas del ¿para qué? Puedo empezar a decirme “me siento enojado, pero puedo manejar esto” y esto impedirá que la tensión se acumule dentro de mí. También es recomendable, de alguna manera exteriorizar el sentimiento pidiendo a los que se encuentran a mi alrededor que me den unos minutos para calmarme y recuperar mi armonía, ya que estoy enojado o molesto con los que pasó, de tal manera que las personas no se sorprenderán si manifiesto un arranque súbito y probablemente me darán tiempo, ya que les estoy siendo participes de mis sentimientos. Esta comunicación es muy importante, también cuando llevo algo de ese enojo a otro ambiente como el familiar, si somos capaces de decir “vengo enojado en este momento, por favor denme unos minutos para relajarme”, seguramente tendremos una respuesta más favorable, a la que podemos provocar con nuestro enojo, sin hablarlo y manifestándolo solamente.
Programación neurolingüística nos dice que todos tenemos los recursos necesarios a cada momento. Esto quiere decir, que si somos conscientes de esto, se anula la inteligencia y por ende el conocimiento.
Somos capaces de manejar situaciones y sentimientos que nos afecten negativamente.
Ante un enojo que no puedes manejar, haz lo siguiente:
1.      Respira profundamente 2 o 3 veces cerrando tus ojos.
 
2.      Explora tu cuerpo y date cuenta en que parte se encuentra básicamente este enojo, generalmente se encuentra en el pecho, plexo solar o vientre.
 
3.      Ahora que lo tienes localizado, ponle un color negro, como si fuera un humo negro que se instaló en ese lugar.
 
4.      Empieza a respirar profundamente, dándote cuenta cómo va saliendo cada vez que exhalas
 
5.      Continua hasta que este sentimiento se haya calmado o desaparecido de tu cuerpo
 
6.      Ahora se siente la tranquilidad y la paz en tu cuerpo por unos segundos y date cuenta de que tú puedes tener el control sobre tus sentimientos.
 
7.      Abre tus ojos y observa al mundo que te rodea desde otro punto de vista más amable, aceptando el hecho de que ninguna persona puede hacerte enojar.
 
Después de haber hecho este ejercicio, que es muy fácil ya que se puede hacer en cuestión de pocos monitos, por ejemplo retirándose al baño o a algún lugar donde puedas estar solo, regresa a la persona que te hizo enojar y, si es buen momento, en el que la otra persona este calmada, dile que te enojo o enfado de su actitud o comentario. Explícale por qué y probablemente te sorprenderás de la respuesta, ya que lo más seguro fue que interpretaste mal su actitud y sus motivos, o quizás ella esta arrepentida por haber sido tan intempestiva y agradece la oportunidad de poder disculparse.