Los actos preferibles en la Noche del Decreto: Las noches del 19, 21 y 23: Según numerosas narraciones una de ellas sería la Noche del Decreto. Esta es una noche única en todo el año, ninguna otra tiene tal bendición ni mérito. La adoración en ésta supera a la adoración de mil meses. En esta noche se decreta el destino del ser humano para el año venidero, descienden los ángeles y “el Espíritu” (que es el más majestuoso de los ángeles), con la anuencia de Dios y visitan al “Imam de la Época” (Imam Mahdi -P-) y le presentan lo decretado para los seres humanos. Las prácticas de estas noches se dividen en dos partes, una común a las tres noches y la otra específica a cada una de las mismas. Prácticas comunes a las noches del Decreto: 1) Hacer el Baño Completo (Gusl). El mejor momento es en el ocaso, en el momento que se pone el sol (gurûb), para cuando luego de unos minutos se produzca el tiempo del magrib poder realizar las oraciones obligatorias después del baño. 2) Realizar dos ciclos de oración, luego de la Sura Al-Hamd (1), decir siete veces la Sura Al-Ijlâs y luego de terminar decir setenta veces: َagfir-ul·lâha rabbî ua atûbu ilaih Pido perdón a Dios y a Él me vuelvo arrepentido. Dijo el Enviado de Dios (s.a.w.): “La persona que realice esta oración, no se retirará de su lugar sin ser perdonado, así como también sus padres”. 3) Es preferible en esta noche recordar a Dios y prepararse espiritualmente a través de las súplicas, como por ejemplo la súplica de Yaushan Kabîr (La Gran Armadura). En caso de no poder terminarla, se puede leer una parte en cada una de las tres noches hasta completarla. Anexo se encuentra la súplica. El dicho sigue con muchos más méritos para quien realice esta súplica, pero expondremos sólo algunos de ellos: Quien la escribiera sobre su mortaja, Dios, Altísimo, por respeto a esa súplica, no lo castiga. Quien la recitara al comienzo del Mes de Ramadán con sincera devoción, Dios le brindará la bendición de la Noche del Qadr y creará para él setenta mil ángeles que glorifican y adoran a Dios, mientras que la recompensa de sus actos se computan para aquél que recitó la súplica. Quien la recitara tres veces durante el Mes de Ramadán, Dios, Altísimo, hará prohibido su cuerpo para el fuego y su morada será el Paraíso. Además, Dios pondrá dos ángeles para él que lo protegerán de los pecados y estará bajo la protección de Dios mientras viva. El Imam Zain Al- ‘Abidîn (a.s.) termina el dicho de la siguiente forma: “Mi padre, el Imam ‘Alî (a.s.) me ordenó memorizar esta súplica y escribirla sobre la mortaja, y enseñó y estimuló a mi familia a que la recitaran. En ella figuran mil Nombres de Dios y entre esos Nombres se encuentra el más elevado (Ism al-A‘dzam). 4) Disponer el Sagrado Corán sobre la cabeza. Se interpreta que el Corán es el intermediario entre el siervo y su Señor, y como promesa ante Dios de practicarlo. La misma se desarrolla de la siguiente manera: Se debe abrir el Corán frente a uno mismo y decir: al·lahumma innî as’aluka bi kitâbikal munzal ua mâ fîhi ua fîhi-smukal akbar ua asmâ’ukal husnâ ua mâ iujâfu ua iurÿâ an taÿa’alanî min ‘utaqâ’ika minan nâr ¡Dios nuestro! Ciertamente te pido por Tu libro descendido y lo que hay en él y Tu Gran Nombre que está en él y Tus bellos Nombres, y por todo lo que se teme y se espera, que me cuentes entre los que están libres del fuego. Luego pedir lo que desee a Dios y colocar el Corán sobre la cabeza y decir: al·lahummâ bihaqqi hâdhal qur’ân ua bihaqqi man arsaltahu bih ua bihaqqi kul·li mu’minin madahtahu fîh ua bihaqqiqa ‘alaihim falâ ahada a’rafu bihaqqika mink ¡Dios Nuestro! Por este Corán y por aquél a quien se lo has revelado, y por cada creyente que Tú elogias en él, y por Tu derecho sobre ellos, que ciertamente nadie mejor que Tú conoce Tu derecho. Luego repetir cada una de estas frases diez veces:
bika iâ al·lah Por Ti ¡Oh Dios! bi muhammad Por Muhammad (s.a.w.) bi ‘alî Por ‘Alî (a.s.) bi fâtimah Por Fátima (a.s.) bil hasan Por Hasan (a.s.) bil husain Por Husain (a.s.) bi ‘alîi bnil husain Por ‘Alî ibn Husain (a.s.) bi muhammad-i bni ‘alîi Por Muhammad ibn ‘Alî (a.s.) bi ÿa’far-i bni muhammad Por Ÿa’far ibn Muhammad (a.s.) bi mûsa bni ÿa’far Por Mûsa ibn Ÿa’far (a.s.) bi ‘alî-i bni mûsa Por ‘Alî ibn Mûsâ (a.s.) bi muhammad-i bni ‘alî Por Muhammad ibn ‘Alî (a.s.) bi ‘alî-i bni muhammad Por ‘Alî ibn Muhammad (a.s.) bil hasan-i bni ‘alî Por Hasan ibn ‘Alî (a.s.) bil huÿÿah Por la Prueba (Al-Mahdî –P-)
Luego pedir nuevamente lo que uno desea. 5) Visitar y saludar al Imam Husain (a.s.). Según una narración, cuando llega la noche del Qadr (Destino), un ángel exclama desde el séptimo cielo que Dios ha perdonado a quien ha visitado el Santuario del Imam Husain (a.s.) en esa noche. 6) Permanecer despierto en estas noches. Según relatos, serán perdonados los pecados de quien permanezca en vela durante la Noche del Decreto, aunque fuesen tantos como las estrellas que hay en el cielo o el peso de las montañas y el agua de los mares. Dice el sabio Maÿlesî: “En estas noches hay que pedir perdón, rogar a Dios por el bienestar en este mundo y en la otra vida, para nosotros mismos, para los padres, para la familia, parientes y para todos los hermanos en la fe, ya sea que estén vivos o muertos, y en fin, pasar la noche recordando a Dios y saludar a Muhammad (s.a.w.) y su Descendencia”. Los actos específicos de cada noche: La noche del diecinueve (o sea el dieciocho a la noche): En esta noche el Imam ‘Alî (a.s.) fue golpeado con una espada envenenada, por ‘Abd Ar-Rahman Ibn Mulÿam (Dios lo maldiga). En esta noche, además de realizar los actos comunes a las tres noches, es preferible hacer lo siguiente: 1) Decir cien veces: astagfirul·lâha ua atûbu ilaih Pido perdón a Dios y a Él me vuelvo arrepentido 2) Decir cien veces: al·lahummal‘an qatalata amîr al-mu’minîn ¡Dios Nuestro! Maldice a los asesinos del Príncipe de los Creyentes (a.s.). La noche del veintiuno (o sea el veinte por la noche): Esta noche es mucho más importante que la del diecinueve. En los dichos se ha puesto mayor énfasis en esta noche y en la noche veintitrés para la realización de los actos ya mencionados: 1) Hay algunos dichos en los que se les pregunta a los Imames Infalibles (a.s.) cuál de estas noches es la Noche del Decreto, y ellos dijeron: mâ aisara lailatain fîmâ tatlub ¡Que fácil es, realizar los actos en dos noches, considerando lo que procuras! 2) Comenzar desde esta Noche las súplicas específicas para cada uno de los diez últimos días del mes. La noche veintitrés (o sea el veintidós por la noche): Se relata que el Imam Al- Bâqir (a.s.) en las noches del 21 y 23 hacía súplica hasta la mitad de la noche y luego comenzaba a rezar. También tuvo lugar en esta misma noche, del año cuarenta de la Hégira, el martirio del Imam ‘Alî (a.s.). En este día se revive la tristeza y el dolor de la gente de la Casa Profética y de sus Seguidores. También es preferible decir muchas veces salawât (al·lahumma sal·li ‘alâ muhammadi-w ua âli muhammad), y maldecir a los opresores y en especial al asesino del Imam (a.s.). Esta noche es aún más meritoria que las anteriores. Es muy probable, debido al énfasis en diversos y cuantiosos dichos, que ésta sería la Noche del Decreto. Además de los actos comunes de cada noche del Qadr ya mencionados, se realiza lo siguiente: 1) Recitar las Suras “Al-‘Ankabût” (29) y “Ar-Rûm” (30). Según el Imam As-Sâdiq (a.s.), el recitador de estas Suras en estas noches se contará entre los habitantes del Paraíso. 2) Recitar la Sura Ad-Dujân (44). 3) Recitar la Sura Al Qadr (97) mil veces y hacer la súplica para el Imam Al-Mahdî (a.s.), que dice: al·lahumma kun li walîikal huÿÿat ibnil hasan, salawâtuka ‘alaihi wa ‘alâ abâ’ih, fi hâdhihis sâ’ati wa fi kul·li sâ’ah, walîian wa hâfidzan wa qâ’idan wa nâsiran wa dalîlan wa ‘ainan, hattâ tuskinahu ardaka taw‘an wa tumatti‘ahu fîha tawîla ¡Dios mío! Se para tu walî, Al Huyyat Ibn Al-Hasan, que Tus bendiciones con él y sus padres, en esta hora y en toda hora, Protector, Defensor, Guía, Auxiliador, Orientador, y Guardia, hasta que le hagas habitar en Tu tierra siendo obedecido y le hagas disfrutar en ella largamente. 4) Pronunciar la siguiente súplica: al·lahumma-mdud lî fî ‘umrî ua ausi’ lî fî rizqî ua asihha lî ÿismî ua bal·lignî amalî ua in kuntu minal ashqiâ’i famhunî minal ashqiâ’i uaktubnî mina-s su’adâ fa innaka qulta fî kitâbikal munzal ‘alâ nabîikal mursali salauâtuka ‘alaihi ua âlih iamhûl·lâhu mâ iashâ’ ua iuzbitu ua ‘indahu ummul kitâb ¡Dios Nuestro! Prolonga mi vida y acrecienta mi sustento, dispón salud en mi cuerpo, hazme alcanzar mis esperanzas y si me cuento entre los desgraciados, bórrame de entre ellos y regístrame entre los que gozan de felicidad. Ciertamente que Tú has dicho en Tu Libro revelado a Tu Profeta y Enviado (s.a.w.) -Tus bendiciones sean sobre él y su descendencia-: «Borra Dios lo que quiere y ratifica lo que quiere y Él tiene en Su Poder el Libro Original (Libro de la Creación)». Se relata que el Enviado de Dios (s.a.w.), en los últimos diez días del Mes de Ramadán, hacía a un lado su lecho para dedicarse completamente a Dios. En la noche 23, despertaba a su familia y a aquéllos que les costaba levantarse les mojaba con agua sus rostros. Asimismo, Fátima (a.s.) no permitía que algún miembro de su familia durmiese en esta noche. Trataba de alejarles el sueño con el poco y sencillo alimento que les ofrecía por la noche. Desde el día 22 ya los preparaba para que se quedasen despiertos durante la noche y les pedía que durante el día descansaran para poder permanecer despierto y solía decir: “Frustrado estará quien no reciba la bendición de esta noche”. También, según dichos confiables, los días de Qadr tienen el mismo mérito que las noches del Qadr, por lo tanto hay que tener en cuenta esto.
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